DANI HERMOSILLA
Muñiz decía al final del partido que su máxima preocupación ahora mismo es sumar puntos, y si puede ser de tres en tres, mejor. También decía que los entrenadores dependen de los resultados y que se ve capacitado para sacar el barco adelante. El partido del Levante UD ante el Villarreal me vuelve a llenar de dudas. La derrota contra el Celta ha dejado más daños de los futbolísticos. El equipo apareció vencido y nunca tuvo la sensación de crear problemas a un equipo groguet muy superior. Cuánto han cambiado las cosas respecto al debut por allá por el mes de agosto ante este mismo equipo en Orriols.
Sigo diciendo que el problema del Levante UD es más anímico que futbolístico. Ha dejado de creer en lo que hace. Y lo que es peor, a la mínima se evade, y se deja llevar. Es lo que hacía en La Cerámica. No es que tuviera una actitud pasiva es que, si con el empate inicial, ve la portería pequeña; con el marcador en contra, directamente ni la ve. Las estadísticas, nuevamente, responden más a no crear ocasiones que a fallarlas (algo que no le pasó el día del Celta). Lo único bueno, la vuelta de Roger Martí tras seis meses de lesión. Ivi y Morales le cedieron el balón tras el penalti a Boateng. Poco más.
El Villarreal es todo lo contrario. Un equipo con calidad, que corre como un equipo que se juega el pescuezo por el descenso, y tiene calidad de sobras. Rodri, Samu Castillejo y Manu Trigueros, desequilibran con su calidad a cualquier equipo. Y eso que Pablo Fornals no tuvo gran influencia sobre el juego. En el Levante UD todo se debate, y nada se consolida. Se pedía movimiento cuando el equipo era el del ascenso, y se pide ahora lo que juega. Ha pasado con Sasa Lukic, un jugador al que ahora se entiende por qué Muñiz tuvo dudas de alinearlo. Su timidez desluce su juego. En La Cerámica fue titular, primero por delante de la defensa, para sacar el balón jugado y, cuando Muñiz se dio cuenta que no había opción a eso, por delante de Lerma, donde se perdió definitivamente.
Al equipo se le abren vías de agua por todos los sitios. Esperas que Morales o Jason y aparecieron muy poco. Doukouré se pegó con el mundo, pero le faltó la pausa. Boateng también se perdió en el lío táctico de un equipo que duda de todo: de presionar arriba, de protegerse más adelante o más atrás. No hay una idea clara en las acciones a balón parado, y tampoco se tiene la sensación de que, como la temporada pasada, el equipo tenga capacidad de reacción. El Villarreal estrelló tres balones en los palos, jugó con suficiencia y, cuando cedió un poco al Levante, lo hizo a propósito: para rearmarse y volver al ataque.
Roger Martí
Salió con media hora por delante, formando tándem con Boateng. Y hasta en eso tuvo una mala elección el míster. Al contrario que el resto de delanteros, Roger se maneja mejor sólo en punta. Se abre espacios y, aunque se le notó la falta de chispa, su ascendencia sobre el equipo no genera dudas: a poco que esté bien, ha de ser titular. Y va ser el verdadero ‘9’ de este Levante UD en esta segunda vuelta. Cierto que salió cuando el Levante UD más hacía por atacar para meterse en el partido. Pero ni por esas. El equipo quiere pero no puede, porque no cree. Los partidos son montañas insalvables. Y al mínimo resbalón en una vía facilita, se cae, y desiste.
Que el Villarreal jugara a placer, no es una buena noticia para la suerte de este equipo, para su ánimo y forma de hacer las cosas. Que el Levante tirara entre los tres palos en los minutos finales, preocupante. Más allá de fichajes y otras cosas, el equipo necesita ganar en autoestima, y ese es el trabajo de un Muñiz al que el pulso no le tiembla: se ve con fuerzas de continuar
VILLARREAL CF
Asenjo; Mario, Bonera, Álvaro, Jaume Costa; Samu Castillejo (Roger Martínez, 74′), Rodri Hernández, Pablo Fornals (Ramiro Guerra, 85′), Trigueros; Cheryshev (Raba, 64′) y Enes Ünal.
LEVANTE UD
Oier; Coke, Postigo, Róber Pier, Luna; Lukic (Ivi, 53′), Jefferson Lerma, Doukouré (Campaña, 76′); Jason (Roger, 63′), Morales y Boateng.
GOLES
ARBITRO:
González González, del Colegio de Castilla-León
Amarillas: Jaume Costa y Alvaro, del Villarreal; Lukic y Postigo del Levante
Estadio de la Cerámica, en Villarreal.