La sección 21 de la Audiencia de Barcelona ha confirmado que la defensa de Dani Alves ha depositado ya el millón de euros de fianza, por lo que ha acordado su libertad, al cumplirse el requisito para que pueda abandonar la cárcel de Brians 2, en la que ha permanecido en prisión preventiva los últimos 14 meses.
La Mirada Desafiante de Dani Alves
Dani Alves ha acaparado todos los titulares en su reciente salida de prisión tras pagar una fianza millonaria tras ser acusado de violación.
El escenario es desalentador. Con la cabeza en alto, pero la mirada desafiante, Alves emerge de entre los muros de la cárcel tras el pago de una fianza astronómica. Las cámaras capturan ese instante, congelando la tensión que emana de su postura desafiante, desafiante no solo hacia quienes lo observan, sino también hacia el juicio de la opinión pública.
Mirada altiva
Es en ese gesto, en esa mirada altiva y desafiante, donde se entretejen múltiples narrativas. Por un lado, está la imagen del que fuera héroe deportivo, el jugador que conquistó los corazones de millones de aficionados alrededor del mundo con su destreza en el campo de juego. Pero por otro lado, se encuentra la sombra oscura de un violador, una mancha que empañará su legado y pone en duda su integridad como persona y como deportista.
La mirada de Alves, cargada de desafío, parece desafiar incluso la realidad misma. ¿Cómo reconciliar al ídolo deportivo con el presunto agresor sexual? ¿Cómo separar al jugador de élite del hombre acusado de una violación? Son preguntas que resuenan en la mente de quienes siguen de cerca este drama humano, recordándonos la complejidad y la dualidad inherente a la condición humana.
El poder y la impunidad
Pero más allá de las opiniones divididas y los debates encendidos, la mirada desafiante de Dani Alves nos enfrenta a una realidad incómoda: la del poder y la impunidad que a menudo acompañan a la fama y al éxito. Es un recordatorio de que, incluso en el mundo del deporte, donde la grandeza y la gloria suelen ser celebradas, también hay espacio para la oscuridad y la controversia.
En última instancia, el destino de Dani Alves, está por determinarse. Pero su mirada desafiante permanecerá como un símbolo ambiguo, un eco de las contradicciones y los dilemas morales que nos confrontan en un mundo donde la verdad y la justicia a menudo se entrelazan en un juego de sombras y luces.
Alves, en prisión desde el 20 de enero de 2023
Alves lleva en prisión preventiva desde el 20 de enero de 2023 por la violación de una joven en los baños de un reservado en la discoteca Sutton de Barcelona en la madrugada del 30 de diciembre de 2022, hechos por los que la Audiencia de Barcelona le ha condenado en primera instancia a cuatro años y medio de cárcel.
La sección 21 de la Audiencia de Barcelona acordó el pasado miércoles, con el voto particular en contra de uno de los tres magistrados, permitir a Alves salir de la cárcel cuando consignara una fianza de un millón de euros, mientras se resuelven los recursos contra la sentencia que lo condenó por violación.
Una vez acreditado el pago y la entrega de los pasaportes del futbolista -español y brasileño- que el tribunal le impuso como medida cautelar, la Audiencia ha notificado ya la puesta en libertad de Alves al juzgado de guardia de Martorell (Barcelona), aunque se ha ejecutado directamente en las oficinas de la prisión de Brians 2.
Recurso de súplica contra la libertad bajo fianza
Por su parte, la Fiscalía Provincial de Barcelona ha interpuesto un recurso de súplica contra la libertad bajo fianza del futbolista -también anunció que lo haría la abogada de la víctima- puesto que se mantienen los motivos por los que se adoptó la prisión provisional del brasileño hace un año.
Según informó el pasado viernes el Ministerio Público, considera que el riesgo de fuga del jugador se da “incluso con mayor intensidad a la vista de que el señor Alves ha sido condenado como autor responsable de un delito de agresión sexual a la pena de 4 años y 6 meses de prisión”.
Una vez ordenada la puesta en libertad del exfutbolista del FC Barcelona, está previsto que salga de la prisión de Brians 2 este mismo lunes, posiblemente a partir de las 16:00 horas, según han informado a EFE fuentes jurídicas.
Alves tendrá que presentarse todos los viernes
La Audiencia de Barcelona obliga a Alves a presentarse todos los viernes -o el día anterior laborable en caso de ser festivo- ante la Secretaría de la sección 21 mientras la medida no sea revocada, y deberá facilitar un número de teléfono para estar localizable.
También tiene prohibido abandonar el territorio español, para lo que el tribunal ha ordenado comunicarlo de forma inmediata al Consulado de Brasil en Barcelona por si el futbolista pide la expedición de un nuevo pasaporte, así como a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, con alcance europeo.
Además, el deportista tiene prohibido comunicarse o acercarse a más de 1.000 metros de la víctima, y el tribunal ha recordado en el auto que el incumplimiento de cualquiera de las medidas cautelares dictadas podría suponer la revocación de la libertad provisional.
Dificultades para reunir el dinero de la fianza
Alves ha podido reunir la cuantía después de casi una semana, en la que ha tenido múltiples dificultades para consignar el dinero, más de las esperadas en alguien con la capacidad económica que se le presupone a un futbolista de élite.
La defensa del futbolista debía depositar el dinero de la fianza este lunes de 9:00 a 14:00 horas, algo que si no hacía suponía pasar al menos otro día más en prisión, pero una vez consignada la fianza la Audiencia de Barcelona le permitirá abandonar la cárcel.
Aunque la defensa había pedido ‘in extremis’ el pasado viernes una hora más de margen, hasta las 15:00, para poder depositar la fianza, a lo que accedió la Audiencia, finalmente tampoco llegó a tiempo de consignar el millón de euros y Alves ha pasado el fin de semana encerrado.
Además de las dificultades por la elevada suma, una de las más altas que se recuerdan en los tribunales españoles, y la complejidad de los trámites para mover tal cantidad de dinero, se ha añadido un tercer factor, como es el daño reputacional que puede suponer avalar económicamente a un condenado por violación.