El gerente de una tienda Lidl de Barcelona ha sido despedido por entrar cada día una hora antes de lo que le correspondía, lo que le ha valido un expediente disciplinario por excederse en su horario. La empresa alemana decidió prescindir de los servicios de Jean P el pasado junio por «incumplimientos laborales como graves», en concreto por trabajar antes de siquiera haber fichado, según describe la carta de despido. A veces incluso llegaba una hora antes de su turno.
Una ampliación de horario que no cobraba, no se registraba y en la cual no estaba asegurado por la empresa en ningún momento, por lo que de haber sufrido cualquier accidente habría tenido que afrontar un problema adicional al hecho de ser despedido.
La dirección de la cadena alemana ha decidido castigar esta iniciativa porque, según los directivos, es censurable ya que falsea los datos de productividad de la tienda y hace que la compañía «incurra de forma innecesaria en riesgo de ser sancionada por las autoridades laborales o en responsabilidades más graves en caso de accidente laboral».
Además, han comprobado que la práctica de este gerente de no registrar toda su jornada era una dinámica habitual de muchos trabajadores. Parte de estos empleados, de acuerdo con las mimas fuentes, trasladaron su malestar por este motivo. De este modo, la cadena alemana argumenta que «cada minuto que se trabaja, se paga».
Por su parte, el trabajador despedido ha defendido que él nunca dio instrucciones a ningún trabajador para que trabajaran más horas. Y ha reivindicado que el despido se declare improcedente y que se le readmita.El escrito presentado por el abogado del gerente explica que no era una práctica habitual y que la situación se dio de manera puntual por la reestructuración de la tienda que tuvo lugar días antes de la investigación por la cual le pillaron. Y va más allá al calificar de «hipocresía» la actitud de la empresa que, según denuncia, sí que le sometía a «presiones para conseguir las ventas que esperaba la dirección».
