València, 12 may (EFE).-
Los reyes entregan este miércoles el Premio Cervantes 2020 al poeta y académico Francisco Brines, de 89 años, en su casa de la localidad valenciana de Oliva después de que el delicado estado de salud del autor y la pandemia impidieran que recibiera el galardón el pasado 23 de abril en Alcalá de Henares.
El ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, que acudirá al acto junto a Felipe VI y la reina Letizia, fue precisamente quien anunció ese Día del Libro que Brines recibiría el Cervantes de manos de los reyes en su casa natal, la finca Elca, de la que apenas puede salir desde hace años.
Este ha sido el segundo año consecutivo en que no ha podido celebrarse la ceremonia de entrega del Premio Cervantes, después de que en 2020 se suspendiera por la pandemia del coronavirus; en esa ocasión, los monarcas se trasladaron a Barcelona en diciembre para entregárselo a Joan Margarit, que falleció el pasado febrero.
Brines, uno de los últimos representantes vivos de la generación del 50 y defensor de la poesía como ejercicio de tolerancia, respondió el pasado 23 de abril al gran número de felicitaciones que recibió por el Cervantes con unas palabras de agradecimiento desde su casa.
«La vida a veces tiene la delicadeza de las flores: su carne son los pétalos con su obligado color y se hace el milagro; te acercas y cómo huelen. Color, aroma y forma, un ser vivo. Y eso es lo que el hombre recibe en la tierra de la mano de Dios. Desde Elca, feliz día del buen libro», escribió el poeta en un mensaje enviado a sus amistades y a las numerosas personas que le felicitaban.
El texto estaba acompañado de una fotografía en la que aparecía una imagen del manuscrito de su poema «El último viaje», sobre el que había depositada una rosa roja con la que el escritor quiso sumarse también a la celebración del Día Internacional del Libro.
Unos días antes, en un homenaje musical y literario organizado en el Jardí Botànic de València por la Generalitat y la fundación que lleva su nombre, Brines, en un mensaje grabado, glosó lo que somos: «El misterio que existe entre dos nadas».