TIPS Y BELLEZA
¿Manzana para el pelo? Mira lo que dice este estudio
Publicado
hace 7 mesesen
Perder de 50 a 100 cabellos al día entra en el rango de lo normal. Pero, ¿quién se para a contarlos? Hay épocas del año en que se percibe un aumento de la caída o que el pelo está especialmente frágil. El verano puede ser una de ellas, con una mayor exposición a los rayos solares, a los productos químicos de las piscinas y un uso más frecuente de champús.
También está el paso del tiempo, que puede conducir a la calvicie tanto en hombres como en mujeres. España es el segundo país mundial con mayor incidencia de alopecia masculina, con el 42,60% de hombres afectados. Mientras que en el otro sexo hay menos estadísticas y datos disponibles, se calcula que al menos el 50% de las mujeres padecen alopecia en algún momento de su vida y que se presenta de modo grave a entre el 5 y el 10% de la población mundial femenina.
Además, hay causas genéticas y otros factores, como el estrés, la salud general o los hábitos alimenticios, que influyen en la cantidad, grosor y fuerza del pelo.
CADA PELO PASA POR TRES FASES EN UN CICLO DE VIDA QUE SE PUEDE ALARGAR HASTA 6 AÑOS
El origen del cabello está en los folículos pilo-sebáceos, por lo que de su buen estado y funcionamiento depende su vitalidad. Están distribuidos a lo largo de la piel, son el punto del que crecen los pelos y se concentran mayormente en la cabeza.
Su ciclo de vida arranca con la fase anágena, que puede durar de 2 a 6 años y es cuando crece activamente. Después viene la catágena, que dura unas 2 ó 3 semanas, en la que las partes más profundas del folículo empiezan a derrumbarse. Por último llega la fase telógena, de unos tres meses de duración, que culmina cuando el pelo cae. Y, si lo hace al ser empujado por otro cabello que venga a sustituirlo, arranca nuevamente el ciclo.
Cuando se produce una pérdida anormal, la primera fase se va haciendo más breve y el grosor del cabello es cada vez menor, de manera que no resiste el desgaste diario y cae con mayor facilidad. Pero hay maneras de combatir ese retroceso en la densidad y regeneración de la cabellera.
¿Manzana para el pelo?
LA PROCIANIDINA B2 DE LA MANZANA, UN ANTIOXIDANTE QUE FORTALECE EL CABELLO Y PROMUEVE SU CRECIMIENTO
El investigador Jacques Masquelier documentó la existencia de la Procianidina B2 por primera vez, en 1936. VI.P, Asociación de Productores Hortofrutícolas de Val Venosta, recuerda que este elemento fitoquímico está presente en grandes concentraciones (al 60%) en la piel de la manzana, además de en el recubrimiento de algunas plantas y en otros alimentos. Su poder es antioxidante, como el del resto de flavonoides presentes en esta fruta. Y, de un tiempo a esta parte, se ha descubierto su relación con la densidad, fortaleza y crecimiento del cabello.
Desde los años 2000, el doctor japonés Takahashi y su equipo llevan indagando en la Procianidina B2. Tras varios estudios in vitro pero también con humanos, en 2005 publicaron un artículo en la revista Journal of Cosmetic Dermatólogic[i] donde describían los efectos observados en una de sus investigaciones. Durante 12 meses trabajaron con 43 individuos divididos en dos grupos: 21 recibieron un tratamiento basado exclusivamente en Prociadinina B2 procedente de la manzana y 22 tomaron placebo. A los 6 meses los resultados eran visibles: había incrementado el número de cabellos significativamente entre los que se habían tratado con Prociadinina B2. La investigación continuó 6 meses más con este grupo y observaron cómo aumentaba de manera importante la densidad de los cabellos. Además, no se mostraron efectos secundarios en ninguno de los dos periodos de investigación. Todo ello les llevó a confirmar el potencial de una terapia con esta sustancia proveniente de la manzana para influir en el crecimiento y fortaleza del pelo.
De hecho, la Prociadinina B2 se ha incorporado en gran parte de los suplementos alimenticios y lociones que luchan contra la alopecia, ya que se ha demostrado que promueve la segunda fase del ciclo de vida del pelo, la catágena. Este flavonoide viene a fortalecer al folículo piloso cuando éste contrae para mantener el cabello ya crecido. Así, ayuda a que el pelo resista más tiempo sujeto y prolonga su vida útil. Además, VI.P- Val Venosta destaca que esta fruta estimula el crecimiento de pelo más sano, tanto por la acción de este componente fitoquímico sobre el folículo como por los efectos de esta fruta sobre sobre el riego sanguíneo en general, ya que mejora los niveles de lipoproteínas de alta densidad (o colesterol bueno) en sangre, favoreciendo la circulación. Esto confiere protección al revestimiento endotelial en los vasos sanguíneos y promueve la salud del cuero cabelludo.
LA MANZANA CONTRIBUYE A MINIMIZAR EL EFECTO DE OTROS FACTORES QUE AFECTAN A LA CAÍDA DEL CABELLO
Además de estimular positivamente los folículos pilosos, la manzana incide en dos de los factores que más provocan una caída anormal del cabello: la alimentación y el estrés.
La sabiduría popular ha asociado tradicionalmente esta fruta a la salud de manera casi intuitiva. Pero hoy día una gran cantidad de estudios médicos y científicos han comprobado que esto es debido, principalmente, gracias al papel protector y antioxidante de muchos de sus nutrientes. De bajo aporte calórico (apenas 50 kcal por cada 100 gramos) y gran poder hidratante (un 90% de su composición es agua), la manzana tienen muchos componentes fitoquímicos, que son los que las plantas desarrollan para protegerse a sí mismas, pero que también tienen un efecto saludable sobre el cuerpo humano cuando se consume.
Uno de ellos es la quercitina, que ayuda a regular el azúcar en sangre. Esto hace que la manzana sea de las pocas frutas recomendadas para los diabéticos y para evitar los picos de energía, con sus correspondientes efectos psicológicos. Esta sustancia también tiene un efecto neuroprotector, por lo que la manzana está muy recomendada en la prevención y tratamiento de dolencias neurodegenerativas como el Alzheimer o el Parkinson. Y mejora las conexiones neuronales, favoreciendo la memoria y la concentración, algo a lo que también contribuyen sus vitaminas B1 y B6, junto a su aporte en fósforo, potasio y sodio.
Otro de sus componentes destacados son flavonoides como las antocianinas, que protegen frente al cáncer y enfermedades inmunológicas, para las que también es significativo su aporte en vitamina, A, E y C. Y el alto nivel de pectina, una fibra no soluble presente en la piel y pulpa de la manzana, ayuda tanto a regular el tránsito intestinal como a la eliminación de toxinas en el proceso digestivo y de grasas en las paredes del aparato circulatorio.