La docuserie ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’ no deja de generar noticias de impacto y continua siendo uno de los temas más comentados en nuestro país por el impacto del testimonio de la hija de Rocío Jurado y por visibilizar la violencia de género.
Este viernes María Teresa Campos visitó el plató del ‘Deluxe’ y confesó algo que dejó impactados a todos los colaboradores de programa y espcialmente a Jorge Javier Vázquez. Tal y como ha contado la presentadora, tras la emisión del primer episodio de Rocío recibió la llamada de alguien muy cercano al presidente del Gobierno: «Hay una cosa que a lo mejor no la debo decir por el respeto que le tengo, pero me llamaron de parte del presidente del Gobierno cuando ella habló de los malos tratos, el Presidente la llamó y habló con ella, algo que dice bastante de él».
Jorge Javier Vázquez recordó que fueron muchas las personalidades de distintos ámbitos que mostraron públicamente su apoyo a Rocío Carrasco, como fue el caso de Irene Motero, quien mostró su defensa a través de sus redes sociales: «Los políticos tienen que estar al tanto de lo que sucede en la calle y eso es lo que tienen que hacer, estamos ante algo histórico, lo que ha hecho Rocío Carrasco es algo histórico que no va a acabar aquí».
María Teresa Campos es como una segunda madre para Rocío y este viernes rompió si silencio para aportar su testimonio a la dura historia de Rocío Carrasco. Campos relató con mucho dolor el día en el que Rocío le contó la paliza que recibió a manos de su hija, Rocío Flores, y cómo desde aquel mismo momento la relación entre ellas se rompió. María Teresa se mostró muy crítica con la actitud de Rocío Flores y recalcó que «no le dio un empujón a su madre, la dejó inconsciente a patadas».
María Teresa cree que la relación entre madre e hija está rota y que no hay solución posible: «Creo que madre e hija no se van a volver a encontrar por lo que yo he hablado con Rocío en su día, la niña no es tan niña, ya tiene veintitantos años, aunque yo no estoy en posesión de la verdad, yo no lo puedo asegurar, es lo que yo creo (…) La gente se cree que aquello que pasó entre ellas no tenía tanta importancia, pero que la gente piense que le dio patadas y luego llamó a su padre para decirle ‘Papá, ya está hecho».