Barcelona, 8 nov (OFFICIAL PRESS/EFE).- El obispo de Orihuela-Alicante, José Ignacio Munilla, ha afirmado este martes que «la ideología de género caerá como el muro de Berlín».
Lo ha dicho durante su intervención telemática en un acto organizado en Barcelona por la Universitat Abat Oliba (UAO-CEU), la organización conservadora E-Cristians y el Instituto de Humanidades Ángel Ayala para conmemorar los cuarenta años de la primera visita del papa Juan Pablo II.
Según ha informado la UAO en un comunicado, en su intervención telemática Munilla ha recordado cómo vivió muy de cerca la visita del papa cuando era seminarista en Toledo y éste se hospedó una noche en el Seminario de la capital manchega.
Visita de Juan Pablo II
«El papa pernoctó con nosotros y pasó allí su cumpleaños. A mi me tocó preparar su habitación. Llamamos a un camarero polaco de Madrid, que nos enseño el ‘cumpleaños feliz’ en polaco», ha dicho el prelado, que ha recordado que el pontífice comió «algo frugal, coliflor».
Ideología de género
Sobre la ideología de género, Munilla ha opinado que «hoy parece una ideología inexpugnable, pero tiene los pies de barro y la veremos caer como vimos caer el muro de Berlín», ha dicho en referencia directa a la contribución del Papa Juan Pablo II a la descomposición del bloque comunista.
Modelos de paternidad
Respecto a la idea de paternidad, el obispo de Orihuela-Alicante considera que Juan Pablo II vino a encarnar esos valores en una sociedad occidental «herida por la falta de modelos de paternidad».
Durante el acto también han intervenido el director del Departamento de Educación y Humanidades de la UAO CEU, Marcin Kazmierczak, y el presidente de E-Cristians, Josep Miró i Ardèvol, quienes han destacado la capacidad de Juan Pablo II de sintonizar con los jóvenes.
Miró i Ardèvol ha resaltado como una de las principales contribuciones del pontificado de Juan Pablo II «la articulación del concilio con la tradición de la Iglesia. Si esto no se hubiera dado, el daño habría sido terrible porque la Iglesia sin tradición se destruye», ha asegurado.
Según el presidente de E-Cristians, a Juan Pablo II le tocó competir con la visión marxista «y hoy competimos con una tradición más difícil, la tradición emotivista».