Valencia, 7 mar (EFE).- La vicepresidenta y consellera de Igualdad y Políticas Inclusivas, Mónica Oltra, ha pedido a la derecha y la extrema derecha, al ser preguntada por la imputación de nuevos cargos de su departamento en la causa de la gestión del caso de los abusos a una menor tutelada, que si «me quieren a mi, me tienen a mi» pero que «no busquen más, que no molesten a nadie más».
«Si me quieren a mi, me tienen a mi» pero que «dejen de molestar a los funcionarios y de poner en entredicho su profesionalidad», ha asegurado Oltra a los periodistas, ante los que ha insistido en que esta sufriendo una «cacería política a mi persona».
Oltra ha incidido ante los periodistas en que ya está explicada «muchas veces» la causa judicial contra varios cargos de su Conselleria por un posible desamparo de la menor que fue víctima de abusos por parte de su exmarido.
En la comparecencia del 21 de abril de 2021 «está todo dicho», incluso antes «lo había explicado y había contado todo lo que se tenía que contar», y ahora «salen informaciones en las que parece que acaban de descubrir la rueda», ha aseverado.
«Lo he explicado una vez, cincuenta y cincuenta mil veces si hace falta, pero que dejen a la gente vivir, que dejen de hacer sufrir a la gente que no se merece esto ni en la situación en la que se está poniendo ni a ellas ni a sus familias», ha indicado.
«Hay quien está buscando los tres pies al gato. No hay tres pies», ha señalado para afirmar que fue ella la que pidió a la directora general el expediente administrativo «porque necesitaba saber qué había pasado. Punto no hay más».
«El expediente lo pedí yo, dejen a la gente en paz. Puedo dar todas las explicaciones que quieran, aquí y donde haga falta», ha reiterado.
A su juicio «todo lo demás son ganas de una cacería política de la extrema derecha, porque todo esto lo tiene el PP y Ciudadanos, han tenido acceso a la documentación, han podido hablar con las funcionarias, ha habido total transparencia».
Ha recordado que se enteró del tema, no como consellera sin por su «circunstancia personal» el 4 de agosto de 2017 y, a partir de ese momento, «comenzamos a buscar la aguja en el pajar, veinte agujas en veinte pajares».
El 8 de agosto encargó un expediente informativo para saber qué actuaciones se habían realizado, por qué no se había derivado a la presunta víctima al Instituto Espill o por qué no se le había hecho la atención psicológica que se debía.
Todo esto, señala, se refleja en un expediente informativo, que es «como se hacen las cosas en la administración», y se actúa «como creemos que ordenadamente se ha de actuar».
«Lo he contado varias veces en Les Corts y se está poniendo en cuestión, y lo que más lamento es que hay unas funcionarias que están sufriendo una situación de cuestionamiento de su profesionalidad y de su trayectoria en esta casa que me parece absolutamente injusto e inmerecido».
A su juicio, se está hablando de un informe parajudicial «que no tiene nada que ver en lo que se está hablando ni en lo que es, por cierto, una extralimitación de una sentencia donde la Conselleria ni es parte ni puede ir a dar su versión».
«Aquí se hace un expediente administrativo, que es como funciona la administración, para saber cómo se había actuado, porque había una petición de la fiscalía del 6 de julio».
Según Oltra, «hubo un descubrimiento por parte nuestra de que hacían falta protocolos que no existían y hacía falta poner orden en una Conselleria que nos encontramos como nos encontramos».
Se activó el primer protocolo para que se tuviera claro el funcionamiento y los profesionales pudieran saber cómo proceder y cuáles eran los itinerarios a seguir cuando había una sospecha o denuncia de abuso sexual. «Lo que hicimos fue poner orden en algo que estaba completamente desordenado».
«Ahora está clara la función que juega la Consellería y la función que juega el ministerio fiscal o la función judicial», ha indicado para añadir que en su departamento «nos dedicamos a sostener a las personas, a trasladar a Fiscalía para que ellos averigüen si hay o no veracidad, si hay o no culpabilidad de alguno».
Según Oltra, «era obvio que no es que la gente estuviera haciendo mal su trabajo, sino que no había unas directrices de cómo debía fluir la información ni hacia arriba ni hacia abajo, y eso es lo que hemos arreglado».