Presentador de radio y televisión, cantante y escritor español. Eso es lo que pone de él la wikipedia. Pero la vida de Pepe Domingo Castaño da para mucho más, para un libro. El popular locutor nos cuenta su vida en ‘Hasta que se me acaben las palabras’, una obra llena de historias, rostros conocidos, música, narrado con la misma pasión con la que hace todas las cosas. Official Press ha charlado con él en exclusiva y esto es lo que nos ha contado.
Para muchos siempre serás el de «Pepe, un purito»…
Bueno yo llegué a pensar en cierta ocasión que toda mi trayectoria radiofónica de tantos años se iba a circunscribir únicamente al «Pepe un purito». que pondrían en Wikipedia «Pepe Domingo Castaño el que inventó aquello de Pepe un purito. Y hombre he hecho más cosas eso fue bonito pero he hecho muchas más cosas. Estoy muy orgulloso de haber aportado a la publicidad algo más.
Has hecho muchas más cosas como cuentas en tu libro ‘Hasta que se me acaben las palabras’ a través de 565 páginas en el que está todo lo que has vivido o habrás dejado cosas que no puedes contar.
He dejado cosas que yo creo que no merecían la pena contar porque si no me interesan a mí creo que tampoco que le interesa a la gente que me quiere y he eliminado algunos capítulos que no he considerado oportunos y como no los he publicado no pienso decir que capítulos eran, pero me ha quedado muchas cosas. De todas maneras que la gente no piense que voy a escribir más libros porque con este ha terminado mi producción literaria.
Un libro cuyo prólogo está escrito por Julio Iglesias del que hablas mucho y bien, contando algunas anécdotas
La casa de discos de Julio me llamó un día cuando estaba grabando ‘Un canto a Galicia’ y me dijo que fuese a verlo al estudio porque tenía problemas con algunas frases en gallego del tema. Me acerqué, le ayudé en todo lo que pude y le dije que una palabra que él emplea mucho que es «leixos», que lo traduce como lejos, en gallego no existe. Lejos es «lonxe». Se lo dije como veinte veces y dijo: «Bueno voy a intentar cantarlo en directo y ver cómo responde la gente». Y cantaba lonxe y la gente cantaba leixos. Y me dijo voy a dejar leixos aunque no te guste. Y ahí quedó leixos.
¿Te arrepientes de haber dejado el mundo de la canción por el de la radio?
Hay un momento en tu vida que aunque tengas éxito como he tenido yo en el mundo de la música. Para mí la música fue un entretenimiento, algo circunstancial. Era un locutor en la radio que le apetecía cantar y cantó. Un empresario me ofreció una millonada por cantar en América y yo pensé en valorar lo que dejas por lo que buscas. Y yo pensé que lo mejor era dejar la música y volver a lo mío.
En tu libro hablas de Joaquín Prat
Joaquín es dios. Cuando yo entré en la radio había dos genios, uno era Bobby Deglané que es el que inventó lo que yo llamo radio espectáculo y Joaquín que era dios. Cuando yo lo conocí me emocioné. Es un auténtico fenómeno de la radio, para mí el mejor de los últimos años.
Cantante, leyenda de la radio deportiva, ¿ha sido para ti difícil dar el salto al papel?
Hago caso a mi corazón. Me pidió que hiciera televisión, hice televisión; me pidió cambiar de cadena y salir de la SER para ir a la COPE y lo hice. Yo actúo a impulsos. Me apetecía escribir un libro, lo escribí y volqué en ella toda mi alma. Un libro escrito con el alma.
Mucha gente echa en falta el fútbol de antes
Yo creo que el fútbol en la actualidad en España es bastante mejorable, bastante inaguantable. Cuando sales al campo a no perder, a pasarte el balón de defensa a defensa, de defensa a portero, ese fútbol de aguante en lugar de ataque tenemos que aprender de otras ligas que juegan a ganar. El día que salgamos al campo a ir a ganar haremos mucho mejor fútbol y una liga mucho más competitiva que la que tenemos en estos momentos.
Y cómo ves el periodismo deportivo actualmente. ¿No hay demasiada crispación?
Hay mucha crispación y mucha bandera. La mayoría de los comentaristas deportivos de hoy tienen su bufanda, tienen su bandera, tiene su jugador favorito con lo cual perdemos todos un porcentaje elevado de objetividad a la hora de valorar el juego.
En tu libro recuerdas dos momentos complicados, tu infarto, el covid que sufriste y profesionalmente el cambio SER-COPE?
Bueno el infarto lo superé hace años, no solamente lo superé sino que creo que ahora estoy bastante mejor que antes, me siento con mucha más fuerza que antes. El cambio de la SER a la COPE me lo dictó el corazón cuando Paco González tuvo el problema que tuvo, se nos planteó a todos irnos con él o quedarnos donde estábamos. La cabeza me pedía seguir en la SER donde llevaba ya más de 37 años y el corazón me pedía irme a COPE. Como siempre le hago caso al corazón me fui, no me arrepiento de nada porque en estos momentos somos los más libres y felices del mundo de la radio.
Cuéntanos la anécdota de cómo hacías para no decir SER al principio de estar en la COPE
Era lógico confundirse, había estado muchos años diciendo cadena SER y cambiar para decir cadena COPE no era nada fácil. Como sabía que me iba a equivocar muchas veces inventé una especie de sonido tipo «en este momento transmite la cadena ‘gem-gem’ (sonido de voz) y al hacer eso en ese momento me acordaba que no podía decir SER y que tenía que decir COPE. Ese grito se ha quedado como señal de la COPE.
Pregunta tópica: ¿televisión o radio?
Siempre la radio por encima de todo. La radio tiene una ventaja sobre la tele, la radio es imaginación y le tele es imagen y contra la imaginación de la radio la tele nunca va a poder.