Lluís Sanchis.- Y Pau Gasol dijo adiós. El mejor jugador de baloncesto que ha dado España se ha despedido hoy a sus 41 años del deporte que ama y que hizo amar a todo un país. Con él no sólo llegaron los títulos mundiales y los europeos, o las medallas olímpicas: fue esa sensación de que todo era posible. Hoy se ha ido, y lo ha anunciado en una multitudinaria rueda de prensa y en sus redes sociales.
Gasol fue el líder improbable de la generación que rompió todas las barreras, la de los júniors de oro. Detrás de un cuerpo espigadísimo y una cara llena de acné se escondía un talento inmenso para jugar este deporte, y un carácter que sacó a relucir cuando hizo falta.
Para la historia quedan algunas exhibiciones imborrables, como aquellos 40 puntos con los que acalló a 25.000 franceses para eliminar a la selección gala en su casa, aquel séptimo partido contra los Celtics en el que guió a los Lakers y a su «hermano» Kobe a un nuevo anillo o aquella final olímpica en la que todo, TODO, el equipo de estrellas NBA pasó por el banquillo español para consolar al gran Pau.
A sus 41 años, con el cuerpo machacado por las lesiones pero el amor intacto por su deporte, Pau dice adiós. Al menos, podremos decir «yo lo vi jugar».