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Rocío Carrasco desvela las infidelidades de Antonio David estando embarazada: “Lo pillé comiéndose la boca con la tía tras la barra»

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Después del impacto mediático que tuvo en nuestro país tanto a nivel social como político el primer episodio de la docuserie «Rocío, contar la verdad para seguir viva», llegaba el turno del esperado capítulo que continúa destripando los episodios más duros de la vida junto a Antonio David de la hija de Rocío Jurado.

La historia continúa estando Rocío Carrasco embarazada de su segundo hijo ha relatado con un testimonio desgarrador cómo vio, con sus propios ojos, una infidelidad por parte de Antonio David Flores.

La pareja solía salir todos los días y, cuando ella proponía hacer algo diferente (no salir a la calle), él le decía que se quedara en casa y que ya saldría él. Pero eso para Rocío no era una opción.

Ella empieza a ver cosas que no le gustan «Con una determinada chica, que se llamaba Sonsoles, le veo demasiada complicidad, demasiados detalles que no eran los esperables de una persona a la que acababas de conocer»,

Rocío confiesa que en ese momneto lo único que quería era marcharse de allí y se lo pedía por favor, pero solo se encontró con la negativa de su pareja: “Me dice estás loca, no estás bien de la cabeza, el embarazo te está afectando en la cabeza. Cuando me dice esto yo empiezo a hiperventilar y a tener un ataque de pánico. Estaba embarazada de su hijo, eso no me entra porque mi marido me pone los cuernos, me entra como madre, porque estaba embarazada de él, y él estaba utilizando eso para decirme que estaba loca y que lo que veía no era real”.

Rocío le pidió que le llevara a casa y “Me dijo yo no te llevo, te vas a andando, me quedo con ésta. Y me fui andando a las seis de la mañana, llorando por toda a calle. Quería meterme de un edredón y llorar porque no iba a llamar a mi madre para decírselo. En ese instante decido que me separo. Supe que eso se había terminado”.

El resto del verano fue un infierno para Carrasco. Todo el mundo sabía que su marido le era infiel. “Lo sabía todo el pueblo, menos yo hasta que lo vi. Lo sabían todos, mis amigos, mi prima, era vox populi. Me gritaban ‘Rociíto eres una cierva embarazada’, lo sabía la prensa, también María Patiño”.

Su relación con su hija: «Ella me quería y yo era la mujer más feliz del mundo»

Uno de los momento más emotivos ha sido cuando Rocío Carrasco no ha podido contener las lágrimas al recordar la primera vez que vio la carita de su hija Rocío. Pese a su juventud, solo tenía 18 años, Rocío se sintió toda una madraza desde el primer día y disfrutaba con su hija de cada momento. «Siempre me he considerado una buena madre»

«Me compré una mochila y me la colgaba ahí, hacía la compra con ella, comía con ella, iba a la peluquería… y estaba encantada (…) Rocío era una niña maravillosa, me sentía querida por ella, ella moría por mí y yo era la mujer más feliz del mundo (…) Ella un bicho pero también muy buena y muy alegre, muy educada, tenía pasión por sus abuelos (…) Él con la niña era locura también, lo que pasa es que por aquel entonces empezó a trabajar y tenía menos tiempo para estar con ella, pero yo a él, hasta que me separo, lo tenía como un buen padre (…) Rocío no dormía, estuvo seis meses sin dormir, había que dormirla siempre en brazos y eso me lo comía yo sola»
En esa época la actitud de Antonio David fue otra.  «Cuando me quedé embarazada de la niña hubo un cambio de actitud, empezó a tratarme mejor que antes de quedarme en estado, me confié y pensé que eso ya iba a quedarse así, pero no fue así«.
Estando embarazada de su segundo hijo, David, Rocío pilló a Antonio David besándose con una mujer, Sonsoles, la que más tarde descubriría que era su amante.

La traición de su tío Amador Mohedano

Rocío cuenta que por la exclusiva de su boda les pagaron unos treinta millones de pesetas, pero denuncia que su tío Amador se llevó su parte por hacer de intermediario, algo que no le sentó muy bien a la hija de Rocío Jurado. Pero esto no fue lo único.

Antonio David y Rocío se fueron de luna de miel a las Maldivas y según su relato recibió una llamada telefónica mientras estaba en la habitación. Le hablaron en inglés y reconoció la voz de un fotógrafo amigo de la familia. Nadie le creyó pero, casualmente, días más tarde se publicaron fotos del viaje de los recién casados.

Rocío ya sospechó de su tío en aquel momento, pues muy pocas personas sabían cuál era el destino que eligieron para su luna de miel. Aun así corroboró sus dudas hablando con una persona que trabajaba en la publicación. Tras eso, tuvo una conversación con Amador “que no termina muy bien”, asegura.

“Él quería ser mi representante, no solo por la exclusiva de la boda, yo eso no lo quiero, sigue siendo mi tío, pero no voy a trabajar con él”.

 

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