La suerte de Voro está echada. Ni una victoria ante el Athletic, mantendrá al leal meritoriano en el banquillo del viejo Mestalla. Las dos últimas derrotas, la imagen del equipo y la rueda de prensa en Girona, sentenciaron al empleado del mes de una sociedad que sigue sin entender lo que realmente significa el Valencia CF y el valencianismo.
Rubén Baraja
Rubén Baraja sigue esperando la llamada de Corona. Una comida le sirvió a director ¿deportivo?, para ver de primera mano la predisposición del 8. El bueno de Rubén conoce muy bien una de las leyes del fútbol, el tren sólo pasa una vez, y cuando pasa, debes subirte. Sin duda, el entrenador vallisoletano, subiría un escalón en su trayectoria como entrenador. Meriton es consciente que tiene un grave problema con la hinchada valencianista, y recurrir a uno de los murciélagos del escudo sería un salvoconducto para acabar la temporada 2022/2023. Al bueno de Rubén le avalan 137 partidos desde el banquillo y su amor por el Valencia CF y la ciudad del Turia.
Vicente Moreno
Vicente Moreno, nacido en Massanassa y formado como jugador en las categorías inferiores del equipo che, toma ventaja en la carrera hacía el banquillo del Valencia CF. Sus 408 partidos como entrenador y experiencia en situaciones complicadas, le dan un porcentaje superior frente a Rubén Baraja. Pero el técnico valenciano actualmente ocupa el banquillo del Al Shabbab en Arabia. Una decisión que tomó al declinar la oferta para entrenar al Levante UD, donde cambió el reto del ascenso por un contrato imposible de firmar el La Liga.
Hasta aquí, todo entra en la lógica del fútbol. Dos entrenadores, con más o menos experiencia para sacar de la crisis deportiva del Valencia CF, donde ya se habla con mucha naturalidad de un posible descenso. Pero no podemos olvidar, que desde Singapur marcan el ritmo del club. Un ritmo a golpe de decisiones con acento portugués y con el beneplácito del máximo accionista. Por lo tanto, todos podemos opinar y Corona ejercer de algo que ni él mismo se cree. Pero la decisión la tomará el de siempre. Al que el 17 de mayo del 2014, le entregaron un club llevado por una nefasta gestión al colapso económico.
Ver de nuevo las gradas vacías del casi centenario Mestalla, será una nueva muestra que la afición, la verdadera dueña del escudo, desaprueba todo lo que está ocurriendo en el club de sus amores. A los valencianistas sólo les queda la movilización, esperemos que pacífica, frente a la pasividad de los actuales gestores de un club que juega peligrosamente con perder la categoría, una estocada mortal. Lo que no sabemos, es si a las 04:00 AM del domingo 12 de febrero, habrá alguna televisión en Singapur viendo un Valencia CF, en puestos de descenso, frente al Athletic, su verdugo en la copa.