El concejal de Movilidad Sostenible, Giuseppe Grezzi, «se ha pasado de la raya», según ha denunciado el presidente de la gestora del PP de Valencia, Luis Santamaría. Grezzi acusó a los vecinos que asistieron a la Junta Municipal de Abastos –para analizar diferentes cuestiones de la Empresa Municipal de Transportes (EMT)– de «querer que vuelva Franco» en un momento donde la conversación subió de tono.
Santamaría entiende el enfado mayúsculo que les supuso a los interlocutores de Grezzi semejante afirmación. Por eso, ha pedido al alcalde, Joan Ribó, que se encargue de que sus concejales «actúen con el debido respeto con todos los valencianos» y en el caso de Grezzi «que es reincidente en mala educación, si es necesario, que le recete un Trankimazin para que deje de maltratar a los vecinos».
El dirigente popular ha afirmado que «es increíble que una persona que nació en Italia pocos años antes de la muerte de Franco, que en el país transalpino habrá padecido otros regímenes pero no el franquismo, haga este tipo de manifestaciones».
Grezzi llegó a la ciudad de Valencia en el año 2000 y Luis Santamaría ha enfatizado que «es intolerable que alguien que no ha padecido como nosotros el franquismo, no ya que opine de él, que todo el mundo tiene derecho, sino que se atreva a acusar a los vecinos de Valencia como sus herederos por el simple hecho de criticar algunas de sus decisiones».
Este es el talón de Aquiles del concejal de Movilidad, a juicio de Santamaría, y no es otro que la «actitud dictatorial en el ejercicio de la política». Ha recordado sus «algaradas» cuando se encontraba en tareas de oposición «reventando actos de sus adversarios políticos con gritos e insultos». Ahora, que está en el ejercicio del poder, «mantiene los tics totalitarios», ha explicado el presidente de la gestora.
Ignora a sus socios de gobierno
«Igual te acuestas una noche con una calle abierta al tráfico rodado y al día siguiente te levantas y está peatonalizada, sin previo aviso ni negociación con los vecinos», ha explicado Santamaría, quien ha indicado que ese es el sello de Grezzi.
Por último, ha advertido que el paso dado por el concejal italiano enfrentándose a los valencianos es algo que la ciudad «no puede ni debe soportar». Por ello, ha exigido a Ribó que «tome medidas drásticas para que estos hechos no se repitan y pueda haber un diálogo democrático y una confrontación de ideas sin histrionismos». Y ha remarcado que «esta actitud la padecen hasta sus socios de Gobierno, que le reían las gracias, y ahora ven como adopta decisiones como la de no aparcar por las noches en el carril bus sin contar con ellos».