¿Las prótesis mamarias caducan? ¿Se puede amamantar a un bebé después de un aumento de pecho? ¿Las cicatrices son visibles? Éstas y otras preguntas les surgen a muchas mujeres que se quieren someter a una intervención de aumento de senos. Una operación de cirugía estética que, según la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), es la más practicada en España. Así lo confirma también el Dr. Pierre Nicolau, especialista en cirugía plástica y medicina estética, quien a continuación desvela los 10 mitos y verdades sobre la operación de aumento de pecho.
Todo lo que debes saber antes de someterte a un aumento de pecho:
- Cuanto mayor es el implante, mayor es el riesgo de que surjan complicaciones. Una tesis con la que el Dr. Nicolau coincide ya que, tal y como explica, “los efectos adversos o las dificultades se acrecientan cuanto mayor es el tamaño del implante. Por ejemplo, con una prótesis de grandes dimensiones hay más probabilidades de que se dé una contractura capsular o pliegues en la piel”.
- Puede haber rechazo a los implantes. “Los implantes son totalmente neutros en el cuerpo, por lo que esta afirmación es falsa. Lo que puede ocurrir es que se dé una contractura capsular, esto es, una contractura de la cápsula alrededor del implante, que lo que hace es darle a los senos una apariencia de dureza, de demasiada tensión. Pero esto no es un rechazo y solo ocurre en el 2 o 3 por ciento de los casos”, asegura Nicolau.
- Las prótesis se notan. En opinión del doctor, esta cuestión va “en función de la elección del tipo de prótesis, del tamaño de los implantes, así como de la localización, que puede ser debajo de la glándula o del músculo pectoral. Sin embargo, en general, apenas se notan, ya que se colocan debajo de la piel y solo son perceptibles cuando se tocan”.
- Las prótesis mamarias caducan. “Si bien esta afirmación es verdadera, cabe destacar que los implantes modernos caducan muy lentamente y su riesgo de rotura es muy bajo. Esto se debe a que tienen paredes de tres o cuatro capas diferentes. Por lo que, aunque una paciente sufriese un traumatismo de tórax, las prótesis no se romperían porque su resistencia es mayor que la del mismo tórax”, asevera el Dr. Pierre Nicolau, quien además subraya que “es imprescindible que todos los años se verifique el estado de las prótesis con un examen físico o una ecografía”.
- Las cicatrices son visibles. “Depende, principalmente porque éstas se percibirán más o menos en función de la zona en la que estén. Hablamos de la zona axilar, la areola o en el pliegue inferior del seno, aunque habitualmente las cicatrices son prácticamente invisibles”, señala el Dr. Nicolau.
- Durante el embarazo se puede dar el pecho. En este punto el doctor desvela que “sí se puede dar el pecho porque el implante no toca la glándula mamaria. Y, al no tocarla, no influye en la lactancia. El embarazo y la lactancia afectan de la misma manera a una mujer que se haya sometido a un aumento de mamas y a otra que no. Aumenta el volumen de las mamas y luego disminuye, y con respecto al tamaño de las prótesis, éstas no varían”.
- El aspecto del pecho evoluciona con el paso del tiempo. Con respecto a esta aseveración, Pierre Nicolau explica que “depende, fundamentalmente del peso y el tamaño del implante, ya que cuanto más grande, más pesa, y es entonces cuando se puede estirar demasiado la piel y provocar una caída secundaria del implante”. Asimismo, manifiesta que “con uno de tamaño normal, no hay muchos cambios”.
- Las prótesis mamarias pueden producir cáncer o hacer más difícil la detección de posibles tumores. “Precisamente hay diversas publicaciones científicas que han concluido que se dan menos casos de cánceres en mujeres que tienen implantes. Esto puede deberse a que es más fácil de palpar la glándula mamaria y descubrir así si hay pequeños nódulos”, apunta el doctor. Sobre la detección de posibles tumores, advierte que “es mejor que las mujeres que estén operadas del pecho se hagan la revisión con un escáner en vez de con una mamografía. Principalmente porque con una mamografía se pueden provocar daños en el implante debido a la presión”.
- Tras una operación de este tipo, hay que examinarse con mayor frecuencia. Así lo confirma Pierre Nicolau, que además revela que “es muy importante hacerse un examen cada año, simplemente para verificar la integridad del implante”.
- La recuperación es larga. Sobre esta cuestión, Nicolau indica que “depende, y es que se trata de una operación que puede ser un poco dolorosa tras la intervención. Sobre todo, para quien se haya colocado los implantes debajo del músculo”. Para concluir, el doctor añade que “la recuperación suele ser de una semana y, a las tres semanas, ya se puede practicar deporte”.