El concejal del Ciclo Integral del Agua del Ayuntamiento de València, Vicent Sarriá, ha alertado este miércoles sobre el uso inadecuado de las toallitas higiénicas, y ha instado a la ciudadanía y a las empresas de este producto a actuar “con responsabilidad” para evitar los efectos económicos y medioambientales que se derivan de ello. El edil ha visitado la salida de pluviales del Colector Norte, donde se está actuando desde el pasado mayo para resolver una obstrucción generada, en parte, por las citadas toallitas.
“Estamos actuando desde el mes de mayo para resolver una obstrucción de casi un kilómetro de largo en el segundo colector de fecales, de aguas negras que, afortunadamente, ha sido detectado a tiempo y se ha podido evitar un vertido de fecales al antiguo cauce del Turia, cuyo impacto ambiental habría sido muy negativo”. El concejal Sarriá ha alertado sobre los hábitos inadecuados en el uso de determinados productos de higiene, que repercuten negativamente sobre las infraestructuras de saneamiento y sobre el medio ambiente, además del gasto que conllevan.
“A lo largo de los trabajos que se han ido desarrollado estos meses y que se prolongarán seguramente medio año más, lo que se ha puesto de manifiesto son dos cosas –ha explicado- por un lado el tema de las toallitas higiénicas, que es un asunto que se ha de abordar de manera enérgica y dramática, y además en varias líneas”. El concejal ha calificado de “imprescindible la concienciación ciudadana”, y por ello ha anunciado que desde el Ayuntamiento se va a promover una nueva campaña de sensibilización sobre el efecto que una acción “aparentemente inocente, como es tirar al baño unas toallitas higiénicas, tienen sobre el medio ambiente y sobre las arcas de la ciudad”.
El concejal ha hablado de un coste de 2.200.000 euros, a lo que hay que sumar las periódicas revisiones y reparaciones de bombeo, los pequeños desembozos, y las actuaciones en el resto de la red de saneamiento. “No es, por tanto, una acción que tenga una consecuencia únicamente llamativa, como un embozo, sino un coste económico enorme para la ciudad”.
En segundo lugar, Vicent Sarrià ha hecho un llamamiento también “a la responsabilidad a los propios fabricantes”. El edil ha explicado que algunos de ellos han abierto líneas de investigación sobre estos productos, y ya han sacado nuevos modelos que, ha señalado, “siendo menos dañinos puesto que son más fácilmente dispersables en el agua, sin embargo siguen causando problemas”. “Por tanto –ha añadido- también nos dirigimos a la industria: para lograr que este tipo de productos tengan ese efecto negativo sobre las redes de saneamiento, pero también para que los fabricantes hagan un esfuerzo informativo especial en los envases, que no llamen a engaño a los ciudadanos”.
El concejal ha recomendado a la ciudadanía, como regla general, que este tipo de productos “no se tiren al inodoro, sino que se depositen en papeleras, igual que se hace con otro tipo de productos de higiene personal, como compresas o tampones”.
Finalmente, el concejal del Ciclo Integral del Agua también se ha referido a los gastos que se destinan al mantenimiento de la red de saneamiento. “En el caso de València, en la anterior legislatura se decidió realizar fue un recorte brutal, especialmente entre los años 2011 y2012, que ahora tiene consecuencias”. Sarriá asegurado que, independientemente de las causas objetivas del emboce del Colector Nord, “hay que reconocer que los recortes también tienen efecto en las labores de vigilancia, que hubieran minorado este efecto, hubieran permitido detectarlo antes, y haber podido actuar antes sin este coste tan enorme que tenemos en estos momentos”.
El edil ha concluido destacando “el gran esfuerzo presupuestario realizado por el Govern de la Nau en estos dos últimos ejercicios para intentar recuperar parte de la inversión y el gasto ordinario necesario para mantener en condiciones la red de la ciudad, pero que –ha lamentado- todavía es insuficiente, y por eso seguiremos haciéndolo en próximos ejercicios: creemos que a pesar de que es una cosa que está bajo tierra y es poco lucidora, es esencial para el funcionamiento y la salubridad y el medio ambiente de una ciudad de casi un millón de habitantes como es València”.