Con retraso y pasados veinte minutos de la una de la de la madrugada empezó a quemar la falla municipal del Ayuntamiento de València. Se disparó un espectáculo de fuegos aéreos en la Plaza del Ayuntamiento, a cargo de Pirotecnia Martí, que pareció tener algunos problemas para empezar, de ahí el retraso, y posteriormente el monumento de Latorre y Sanz y diseñado por Okuda empezó a arder. Lo hizo más rápido de lo que estaba previsto inicialmente. Las lágrimas de la Fallera Mayor de València Rocío Gil acompañaron el ritual de una de las noches más mágicas que se pueden vivir en València.
