Hace unos días conocimos la estadística de que los valencianos han seguido masivamente las medidas de confinamiento, gracias al análisis de movilidad de la red de telefonía móvil. Los datos obtenidos gracias a una colaboración con el Instituto Nacional de Estadística (INE), que facilita la información anonimizada y agregada, refleja que el 89% de la población no ha salido del entorno residencial y que los movimientos se han limitado a destinos próximos para atender necesidades básicas (supermercado, farmacia, etc), favoreciendo la contención de los contagios.
En este escenario, descubrimos a un matrimonio valenciano que su confinamiento está revolucionando la calle Quart de València con un espectáculo diario. Todo empezó eligiendo una canción motivadora, con sus altavoces correspondientes, para cada día a las 20 horas salir a su balcón disfrazados junto a sus dos niñas pequeñas. Un momento que hacen coincidir con los aplausos que los españoles dedicamos a nuestros sanitarios y que ha hecho que día a día más vecinos esperen impacientes cuál va a ser la sorpresa del día. Tal ha sido el movimiento generado que esta familia valenciana ha conseguido sincronizar a sus vecinos hasta el punto que un día antes saben la temática de lo que toca cada día.
Pero cuando los residentes de esta céntrica calle de València pensaban que lo habían visto todo, se equivocaban. Este Jueves Santo este matrimonio dio un paso más, hasta el punto que lo que empezó a sonar fue la saeta del Jesús del Madero y ella cual clavariesa, mantilla incluida, comenzó a lanzar papelitos blancos que simulaban flores mientras su marido, vestido con traje y corbata negra, sacó a procesionar a un Santo perfectamente acoplado a un palo de escoba. En ese momento se desató la locura en la calle Quart. Decenas de vecinos aplaudiendo sin parar a esta escena y grabándola con sus teléfonos móviles desde cada punto de la calle. Pero lo más sorprendente es que también pudimos ver a muchos niños con capiruchos de Semana Santa, como el pequeño Martín que también toca su batería,y a los padres vestidos para la ocasión, por previo aviso del matrimonio.
Ahora, esta pareja, recibe muchos mensajes de agradecimiento cada día y les piden que sigan así.
Sin duda, estos simpáticos momentos que algunas personas regalan a los que tienen al lado en esta dura situación que nos encontramos, merecen nuestro aplauso y reconocimiento. Sacar una sonrisa a los que tienes cerca, y no conocías, está demostrando que esto nos está cambiando.
Ya lo saben, seguir en nuestras casas es lo mejor que podemos hacer por nuestra sociedad.