València, 23 ene (EFE).- El decreto del president de la Generalitat, Ximo Puig, que limitará las reuniones a las unidades de convivientes busca «aplicar el sentido común», más allá de imponer «una restricción legal», pues «prohibir es muy difícil y no estamos en un estado policial».
Así lo ha asegurado Puig, antes de participar telemáticamente en el Comité Comité Federal del PSOE, y ha avanzado que probablemente el decreto se presente este domingo, si se acaban los estudios que está realizando la Abogacía de la Generalitat para ver el encaje legal de la medida.
«Lo que queremos es mandar un mensaje claro a la sociedad. Y es que ahora lo prioritario es suspender las relaciones sociales que forman parte de nuestra manera de ser», ha asegurado Puig, quien ha instado a estar «lo más aislado posible de relaciones sociales que no sean las cotidianas».
Ha señalado que desde la Generalitat se traslada la «indicación clara» de que no se produzcan esos encuentros, pero finalmente todo depende de la «asunción de la responsabilidad de cada uno».
«No vamos a instar a la Policía a que haga ningún tipo de actuación obviamente», ha asegurado el president, quien ha reconocido que imponer sanciones es «muy complejo» y ha dicho que no quieren que se tenga la idea de que pretenden «avanzar a un estado policial ni poner a las Fuerzas de Seguridad en un brete que no se merecen».
Puig ha destacado que en estos momentos estamos en una situación de «semiconfianamieto» y ha asegurado que «si todos hacemos lo que tenemos que hacer vamos a superar la pandemia».
En este sentido, no cree que un confinamiento total sea la solución «desde el punto de vista social y desde el punto de vista de los daños psicológicos asociados», y confía en que las medidas adoptadas permitan superar la curva.
No obstante, asegura que todas las decisiones s tomarán vinculadas al interés general, y se adoptarán «siempre desde la prudencia y la serenidad».