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Análisis Resident Evil 7 para Xbox One

Resident Evil 7 aterriza en PS4, Xbox One y PC para meternos el miedo en el cuerpo con una impresionante aventura de terror que no dejará indiferente a nadie.

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Ha tenido que pasar casi cinco años pero por fin, una nueva entrega numerada de Resident Evil vuelve a nuestros hogares. Tras varias adaptaciones y remasterizaciones de títulos antiguos y codeos con otros spin offs como RE: Revelations, Resident Evil 7 se lanzó el pasado mes de enero en PC, PS4 y Xbox One con tantas novedades que casi parece otro juego. Al menos en parte.

Desde sus inicios, la franquicia número uno en el género survival horror se destacaba entre las demás por sus cámaras fijas estratégicamente colocadas, sustos, escasez de munición, la imposibilidad de guardar cada vez que queríamos así como otros factores que, con el paso del tiempo, se han ido diluyendo para acabar en una franquicia más de tiroteos que de lo que en su día fue. Sí, nos referíamos a Resident Evil 6.

Para esta ocasión Capcom ha querido darle un nuevo enfoque a la saga, volver al terror, a los sustos, a que volvamos a contar las balas que nos quedan y a sufrir cuales niñas en la puerta del estadio de fútbol esperando al concierto de Justin Bieber. Y lo hace cambiando por completo la jugabilidad, ahora en primera persona. Esto significa que ya no volveremos a ver a nuestro personaje -otra novedad para este capítulo-, que no habrá tanta acción como la que vimos en la sexta entrega y que veremos todo el escenario con todo lujo de detalles entre otras cosas.

Louisiana te espera…

En Resident Evil 7 controlamos a Ethan Winters, un tipo cualquiera que sigue el rastro de su mujer, Mia, desaparecida tres años atrás en el tiempo. Sin casi esperanza ninguna ya por encontrarla, de pronto encuentra una pista que la sitúa en Louisiana, sin embargo no todo parece tan fácil como suena y la granja donde en teoría está atrapada está rodeada de misterio, sangre y habitada por una familia un tanto peculiar, los Baker. Terror, asco e inquietudes es lo principal que vas a sentir con ellos… aunque no solo eso.

Bienvenido a la familia

Aunque todo el mundo ha comentado si es o no una descarada copia de Outlast o P.T., lo cierto es que comparten algunas cosas (es normal siendo todos del género de terror y en primera persona) pero no tantas como la gente mortal creía desde un principio. Aquí la jugabilidad es algo distinta, como más directa. Tenemos que buscar piezas para resolver los diferentes puzles que encontramos, pensar concienzudamente la forma de acabar con algún jefe o  gestionar el escaso inventario del que disponemos. Digamos que ciertas características que hacían único a la marca Resident Evil están de vuelta, aunque eso no hace que el juego sea como antaño.

Nada más comenzar el juego vamos a notar que los habitantes de la mansión están un poco “pallá” y que la sangre y las mutilaciones están a la orden del día. De hecho una de las sorpresas más destacadas y que no esperábamos tiene que ver con este último detalle, pero no vamos a destripar nada en absoluto. Por otro lado la historia no es que sea merecedora de un Óscar pero se disfruta casi tanto o más como las de pasadas ediciones. Además hay unos extras interactivos en formato VHS que dan mucho juego así como ofrecer más detalles de lo que sucede en esa casa del terror. Sin duda es una de las novedades que más nos ha gustado puesto que estas recopilaciones de vídeos están grabadas por un cámara que nosotros mismos controlamos. No podía faltar a la cita tampoco las anotaciones que vayamos encontrando, las escenas de vídeo o las pistas que encontremos a medida que avancemos en la historia. El resultado final es una trama que si bien nos ceñimos a completarla sin más, poco podremos apreciarla, pero que si nos detenemos a observar con detenimiento el escenario, ésta se enriquece más y más.

Durante el transcurso del videojuego habrá que descifrar los diversos puzles que iremos encontrando a lo largo de la partida, algunos más fáciles que otros, pero que en general son amenos y lo bastante ingeniosos como para sentir esa vuelta al pasado de la que hablábamos. Por otra parte una de las cosas que menos nos ha gustado y que sí ayudaría a que los fans de la franquicia notaran que es una vuelta al pasado, es que en esta ocasión no habrá ni zombies ni nada que antaño nos hubiera emocionado. En su lugar tenemos a las «holoformas», unos enemigos que si bien no están nada mal, se nos hacen algo repetitivos y faltos de frescura.

¿Te apetece comer algo?

La familia Baker con el cabeza de familia Jack, su esposa Marguerite, su hijo Lucas y la anciana Camilla, es otro de los grandes aciertos de Resident Evil 7. Están rematadamente locos, son inusuales y son capaces de aterrorizar al jugador siempre que entran a escena. Son los protagonistas absolutos del videojuego (con perdón de Ethan) y nos las harán pasar canutas en algunos momentos. Son los habitantes de la mansión y dados por desaparecidos tres años antes de lo que ocurre en el videojuego. Mientras que Jack es como Nemesis en Resident Evil 3, sin duda el que más juego da es Camilla, llena de misterio y con una puesta en escena que pone los pelos de punta. Su sola presencia, aún sin moverse, hiela el corazón de cualquiera.

A la cita no faltará un amplio arsenal que hará las delicias de los seguidores habituales, pues vuelve a la franquicia el lanzallamas, las municiones especiales creadas por el jugador, la posibilidad de utilizar una motosierra como los enemigos de Resident Evil 4 o una hacha entre otras opciones armamentísticas. Vuelven los famoso baúles compartidos, una grabadora que hace la función de guardar partida (la máquina de escribir es algo obsoleto en estos tiempos que corren), las hierbas curativas y… bueno, esta sorpresa mejor no desvelarla. En cierto sentido Resident Evil 7 es una vuelta atrás a los orígenes aunque enfatizando la jugabilidad hacia el terreno del terror. Ya os adelantamos que sustos vais a tener, y muchos.

Aunque esta nueva entrega puede llegar a ser desafiante en algunos momentos, está pensada para todo tipo de jugadores y es posible obtener uno de sus dos finales (algo que no se ve desde Resident Evil 3: Nemesis) sin demasiada dificultad en alrededor de 10 horas. La duración nos parece bastante buena teniendo en cuenta que ésta puede variar bastante dependiendo de si queremos pararnos a comprobar la casa al detalle (hay incluso referencias a otros juegos de la saga como Resident Evil: Outbreak) o pasar de todo y completarlo lo más rápido posible.

En lo técnico una de cal y otra de arena. La puesta en escena es brillante, el diseño artístico una maravilla y la sensación de agobio que han logrado con Resident Evil 7 es impresionante. En la versión que nosotros hemos probado, Xbox One, hemos notado que el videojuego tiene un filtro bastante molesto que emborrona vagamente la imagen. Eso unido a que las texturas son bastante pobres, deja en ocasiones un regusto amargo al jugarlo. Sin embargo estos detalles negativos no son suficientes para disfrutar de una experiencia gráfica en general soberbia que hace uso de una iluminación fotorrealista pocas veces vista en otros videojuegos gracias al nuevo motor gráfico creado para la ocasión, el RE Engine. Además, que el videojuego funcione a unos estables 60fps es otro punto a favor en sus virtudes.

En lo sonoro no podía faltar un doblaje a nuestro idioma casi perfecto, unos efectos de sonido que quitan el hipo (del terror que causan), unas melodías que acompañan perfectamente y una calidad en general digna de una franquicia como Resident Evil.

Conclusión

Resident Evil vuelve al podio del terror con una nueva entrega que se aleja de todo lo visto hasta ahora. Si bien es cierto que los capítulos de la franquicia más vendidos son el quinto y el sexto, al contrario de lo que pueda parecer, Capcom ha dado un giro de 360 grados y ha convertido a Resident Evil 7 en un juego de terror dejando la acción a un lado y rellenando los huecos de esta nueva aventura con tintes de los primeros capítulos que los fans tanto deseaban. Es bastante difícil aconsejar la compra de Resident Evil 7 a nuestros lectores. Por una parte porque muchos de vosotros preferís una vuelta mucho más clásica a los orígenes de Resident Evil y por otra parte porque, a pesar de ser tan distinto a todo lo visto hasta ahora, la compañía nipona ha dado en el clavo a la hora de crear esta experiencia única en el género de los survival horror. Nuestra única pena es no disponer de unas gafas PlayStation VR y una copia del videojuego en su versión para PS4 porque por lo que sabemos, la aventura se disfruta (o se sufre, según el jugador) y se vive mucho más que con la clásica experiencia de jugarlo en el televisor.

Vosotros decidís: ¿mejor esperar al remake de Resident Evil 2 y jugar a algo más clásico o vivir una experiencia única sin importar el nombre que ponga en la caja del juego?

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