Fallera Escarlata| La Falla Arrancapins nació en 1908, cuentan ya con 182 años de historia y 111 años desde que se fundó como comisión en el sector Botànic-La Petxina. Y vive ajena a dictados y patrones. No tienen fallera mayor desde 1990, una decisión que surgió “por iniciativa de las mujeres de la comisión”, tal y como explica su presidente, Pep Romero.
No participan de la Ofrenda a la Virgen, “desde el momento en que ya no era necesario reivindicar el uso de la indumentaria tradicional”. Tampoco participan del concurso de falla, desde hace alrededor de 20 años, acometiéndola de forma experimental, pensada y ejecutada por los propios falleros desde hace 33 años. En ella también intervienen personas ajenas a la comisión, vecinos o amigos de la falla con el objeto de participar exprofeso. Un trabajo coordinado por varios miembros, encabezado por Romero de forma intermitente durante diversos ejercicios y de forma continuada desde los últimos dos años. En este equipo ha participado activamente Vicenta Miralles, fallera de la comisión y también la que fuera la primera presidenta de falla después de la República.
En todo esta trayectoria de esta falla, una isla en el océano de las comisiones falleras, “la persona más importante ha sido Robert Romero, quien confió en la gente que en los 80 eran jóvenes y fueron ejecutores más tarde del cambio”, según explica su sobrino, el actual presidente.
Actualmente, Arrancapins trabaja en el diseño de sus próximas fallas, lema y crítica con una novedad para 2019, integrar a estudiantes universitarios fruto de la conjunción de la Universitat de València y la Universitat Politècnica en el curso 2018-2019. «Construiremos una falla combativa y profundamente creativa en sus planteamientos y que responde perfectamente al espíritu que rige entre los integrantes de la futura Unidad Mixta Efimere», tal y como se explicó el pasado mees de abril cuando se presentó el proyecto en La Nau.