El mes de diciembre en la Comunitat Valenciana fue «muy seco» y puso el broche a un 2017 que ha sido, en conjunto, el tercer año más cálido de la serie de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que comienza en 1941.
Según ha informado Aemet, diciembre registró una precipitación un 85% inferior al promedio climático de referencia y fue térmicamente un mes normal, 0.2ºC inferior a la del promedio climático del periodo 1981-2010.
A pesar del carácter térmico normal, el último mes del año ha estado determinado por la entrada de aire muy frío de origen ártico los primeros días y por el aire cálido con viento de poniente de los últimos.
Los días 15, 18 y 26 se registraron lluvias débiles y dispersas, en general asociadas a circulaciones de aire de poniente o de noroeste que llegaron muy resecas a la Comunitat pero el resto de días o no hubo lluvia o fue «inapreciable».
Los valores más altos de precipitación en el mes de diciembre se han registrado en zonas del interior sur de Valencia y del interior norte de Alicante, mientras que en observatorios del litoral y prelitoral de Castellón y del litoral sur de Alicante y norte de Valencia, las precipitaciones del mes han sido inferiores a 1.0 l/m2 o incluso nulas.
Con los datos de diciembre, 2017 ha finalizado como el tercero más cálido de la serie, tras los años 2014 y 2015, y por delante de 2016, que es el cuarto más cálido desde al menos 1941.
Siete de los ocho años más cálidos desde 1941 en la Comunitat Valenciana se han registrado a partir de 2006. Por este orden, y de más a menos cálido, los ocho años de temperatura media más alta han sido: 2014, 2015, 2017, 2016, 2006, 1994, 2011 y 2009.
INICIO DEL AÑO
Si 2017 acabó con temperaturas cálidas, 2018 ha comenzado con un ambiente similar. Este miércoles las temperaturas máximas estarán próximas a 25ºC en muchos observatorios litorales, lo que supone nueve grados más de lo normal a principios del mes de enero.
No obstante, a partir del viernes y sobre todo el fin de semana, todos los escenarios apuntan a la formación de un sistema de bajas presiones acompañado de aire frío en altura en el entorno de la Península que provocará un descenso térmico y con él, la vuelta al ambiente invernal.