La crisis sanitaria mundial por el Covid-19 y las medidas adoptadas por las autoridades para evitar que la pandemia se siga extendiendo han dibujado una imagen inédita de la ciudad de València, sobre todo en unos días del mes de marzo en los que el ‘cap i casal’ suele estar inmerso en el bullicio y estruendo de las Fallas.
Frente a esa situación tradicional, este viernes, 13 de marzo de 2020, las calles céntricas están vacías, en silencio y los operarios trabajan en la retirada de los monumentos falleros, que quedarán a la espera de poder cumplir su misión –ser consumidos por el fuego– en unas Fallas aplazadas y anunciadas, si el virus lo permite, para el próximo mes de julio.
A las 00.00 horas, entrarán en vigor las retriscciones anunciadas por la Generalitat Valenciana y que incluyen la suspensión de todas las actividades de carácter cultural, de ocio y deportivas de la Comunitat, lo que implica el cierre de los restaurantes, bares, cafeterías, gimnasios, teatros, salas de conciertos y cines.
Estas medidas se unen a otras ya anunciadas como la suspensión de las clases en todos los centros educativos de la comunidad autónoma a partir del lunes.
El avance de la enfermedad y, de forma paralela, las acciones de contención cada vez más contundentes han ido vaciando las calles de la capital valenciana, que a media tarde presentan un aspecto irreconocible. Las arterias comerciales, como la calles Colón o Poeta Querol, se encuentran prácticamente vacías de gente y la gran mayoría de los comercios han bajado las persianas. Esto contrasta con las escenas que se vivían hace algunas jornadas, cuando valencianos y turistas se preparaban para disfrutar de las Fallas.
Pero el pasado día 10, se tomaba una determinación histórica: aplazar la fiesta, algo que solo había ocurrido anteriormente con ocasión de la Guerra de Cuba, la Guerra Civil y una protesta por un impuesto en el siglo XIX.
La cancelación temporal ha abierto interrogantes, uno de los principales qué hacer con los monumentos que estaban ya en las calles. A excepción de aquellos cuyo desmontaje, por razón de envergadura, se ha considerado impracticable –y que van a ser quemados sin previo aviso y sin público– las fallas están viviendo una ‘desplantà’ esperando poder repoblar la vía pública del 15 al 19 de julio, fechas propuestas por el Ayuntamiento para la celebración.
Donde sí se han visto colas ha sido en las cajas de los supermercados, donde ciudadanos alarmados han acudido a hacerse con provisiones. Desde el gobierno valenciano y el propio sector de la distribución se ha hecho una llamada a la calma y se ha asegurado que no hay ningún problema de abastecimiento por lo que no hay razón para hacer un acopio masivo de productos.
València, como el resto de poblaciones españolas, espera la evolución de los acontecimientos. Mañana mismo, el Consejo de Ministros aprobará un real decreto ley que pondrá al conjunto del país durante 15 días en estado de alarma con el fin de permitir al Gobierno la adopción de medidas «excepcionales» para hacer frente a la «emergencia sanitaria» causada por el coronavirus.