«La Guardia Civil no dice la verdad», ha señalado Óscar, el principal sospechoso de la muerte de Esther López en la localidad vallisoletana de Traspinedo, quien apuntó al instituto armado español en su reciente declaración.
El sospechoso respondió así tras ser preguntado si llamó a la joven la madrugada del 13 de enero: «No recuerdo haber llamado a Esther. Tampoco borré la centralita del coche».
En el interrogatorio, Óscar mantuvo la misma versión que había dado a los investigadores en ocasiones anteriores. Él asegura que Esther se bajó de su coche después de que ambos dejasen a otro amigo en su casa porque ella quería seguir de fiesta y él no.
Pero los investigadores hallaron algunas contradicciones en sus declaraciones. Sobre todo cuando se le preguntó el motivo por el que su móvil y el de Esther estuvieron cerca después de la hora en la que supuestamente se separaron respondió que no tenía explicación: «No me lo explico. Ella tenía un amigo que se llama Fleki que vive muy cerca de mí. Dos parcelas más allá», aseguró.
Otro de los puntos en los que se contradice con su confesión es el hecho de que las cámaras de seguridad grabaran su coche en el lavadero el día después de la desaparición de Esther López: «Jamás lavé el coche. No me explico cómo mi vehículo puede estar grabado. Se lo entregué a la Guardia Civil para que lo registraran e hiciesen la inspección y hasta días después no lo lavé», respondió.
Óscar tampoco supo encontrar una explicación ante las preguntas de por qué ocultó sus viajes a Traspinedo y a Valladolid,: «No me lo explico. Yo estaba en casa». Y lo mismo cuando se le interrogó por la razón de poner el teléfono en modo avión: «No me lo explico, no sé ponerlo».