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Los consejos de Pepa Oliver y Patricia Sanz: «No trates de fingir lo que no eres”

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Fallera Escarlata| La Fallera Mayor de Valencia de 1990, Pepa Oliver, recuerda su preselección con emoción y una sensación clara: “estaba muy tranquila”. Pero no por exceso de confianza, sino más bien por todo lo contrario: “En mi sector éramos muchas y en esa época solo salían dos”. En aquel entonces ella tenía 17 años recién cumplidos y “veía muy pocas posibilidades”. Echando la vista atrás explica que precisamente su tranquilidad fue su “mejor aliada”. En esta línea, la Fallera Mayor Infantil de Valencia de 1986, Patricia Sanz Sala, recomienda “ser una misma y no tratar de fingir lo que no eres porque la ficción puede mantenerse durante un momento, pero no durante un año entero y mucho menos durante toda la vida”. Y, de hecho, las Falleras Mayores y las Falleras Mayores Infantiles de Valencia lo son durante toda la vida y no solo es un recuerdo lo que permanece de ellas, sino que evolucionan y continúan dejando su impronta año a año.

Pepa afirma que la preselección es “la parte de la elección en que el factor suerte es el más influyente”. “También la belleza” porque, siendo realistas, “no da apenas tiempo a conversar y darse a conocer mucho”. Por ello, “hay que ser naturales” y, un dato importante, “escoger el vestido de valenciana que mejor se sientan porque son muchas horas”, entre entrevista y acto.

 

En el año de Pepa no nombraban a las candidatas por su nombre ni por falla en ningún caso y dada su desconfianza en ser elegida, no oyó ni su número. “De repente vi a un componente de Junta Central Fallera poniéndome el ramo en la mano y diciendo ‘corre que eres tú’. No me dio tiempo ni a reaccionar”. También incrédula se encontró Patricia, aunque “pletórica, feliz, invencible y fuerte”. Fue el primer momento en que se sintió “en un cuento de hadas del que creía que iba a despertar”, aunque finalmente no fue así y acabó representando desde lo más alto a los niños y niñas falleros y falleras.

 

La anédota de Patricia tuvo un tinte triste para ella, desde sus ojos de niña, ya que entonces todavía existía la figura de la candidata ‘número 13’. “Cuando la nombraron en la Sala Xúquer fue bastante triste para mí. Nunca me pareció bien que hubiera una candidata a ocupar el espacio en la corte que dejaba paso la elegida como Fallera Mayor, en este caso, Infantil de Valencia”, confiesa y celebra que ahora ya no exista y 13 niñas y 13 mujeres puedan optar al cargo más relevante de la Fiesta.

 

 

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