Durante la Semana Santa, período que recoge el calendario laboral con sus respectivos festivos, numerosas congregaciones cristianas practican el ayuno en ciertos momentos. A pesar de que hay católicos que evitan el consumo de carne a lo largo de la Cuaresma y la Semana Santa, los días específicos para abstenerse de la carne roja son el Miércoles de Ceniza y todos los viernes de Cuaresma, incluido el Viernes Santo.
Foto: Félix Perona/AVAN
Asimismo, normalmente se recomienda no comer carne el Sábado Santo previo a la Semana Santa, puesto que muchos cristianos dedican este día al ayuno en memoria del sacrificio de Jesús. Este día, que cae en 8 de abril, en España es muy típico hacer el llamado potaje de vigilia o potaje de Cuaresma. Toda una delicia que se elabora con garbanzos y bacalao. A continuación, te explicamos con más detalle cuándo no se puede comer carne en Semana Santa y las razones detrás de esta práctica.
Por qué no se come carne en Semana Santa
De acuerdo con la tradición cristiana, Jesús entregó su propia carne en sacrificio el Viernes Santo, por lo que se estableció como norma no comer carne en dicho día. La abstinencia de carne proviene de tiempos antiguos y comienza antes de la Semana Santa, estando directamente vinculada con la Cuaresma, el periodo litúrgico previo.
La Cuaresma se inicia el Miércoles de Ceniza y dura 40 días, marcando un hito en la vida de los creyentes.
Este año, la Cuaresma abarca desde el 14 de febrero hasta el 28 de marzo, Jueves Santo. Con el comienzo de la Cuaresma, los fieles adoptan ciertas modificaciones en su estilo de vida, incluyendo el ayuno y la abstinencia en su alimentación.
La principal razón para no comer carne durante la Cuaresma es honrar a Jesús, quien pasó 40 días en el desierto sin ingerir alimento ni bebida. En la Edad Media, la Iglesia estableció que la carne de animales de sangre caliente debía evitarse todos los viernes, así como los miércoles durante la Cuaresma, una norma seguida históricamente por los católicos.
Esta norma fue modificada en la década de 1960 por el Concilio Vaticano II, que determinó que ahora es recomendable evitar la carne únicamente los viernes de Cuaresma, incluidos el Viernes Santo y el Miércoles de Ceniza. Si bien muchos católicos dejaron de abstenerse de comer carne durante todo el año, algunos aún respetan esta norma. La alternativa preferida a la carne suele ser el pescado, que también tiene un simbolismo en el cristianismo:
La Biblia relata que Jesús realizó el milagro de alimentar a 5.000 personas con tan solo dos peces y cinco panes.
Los cristianos también empleaban el símbolo del pez para identificarse entre ellos durante periodos de opresión.
Muchos de los discípulos de Jesús eran también pescadores, entre ellos San Pedro, y el alimento estaba ampliamente disponible en aquella época, ya que vivían cerca del Mar de Galilea.
Cuándo no se puede comer carne en Semana Santa y por qué | Pixabai.
¿Cuál es el significado cristiano del Viernes Santo?
El Viernes Santo conmemora La Pasión, la historia bíblica de la crucifixión de Jesucristo en el Calvario, antes de que se celebre su resurrección el Domingo de Resurrección. Aunque la fecha exacta de la muerte de Cristo es fuente de mucho debate, los biblistas suelen estar de acuerdo en que tuvo lugar un viernes de Pascua o cerca de Pascua, entre los años 30 y 33 de nuestra era. Según la Biblia, Jesús compartió la Última Cena con sus discípulos el Jueves Santo.
Después fue traicionado por su seguidor Judas Iscariote, que reveló su paradero a los soldados romanos a cambio de 30 monedas de plata. Los cuatro evangelios canónicos del Nuevo Testamento, Mateo, Marcos, Lucas y Juan concluyen con un relato detallado desde el arresto de Jesús hasta su muerte. En primer lugar, Cristo fue juzgado por el Sanedrín, el órgano judicial judío, antes de comparecer ante el tribunal de Poncio Pilato, el gobernador romano de Judea.
Aunque las autoridades judías le declararon culpable de la blasfema afirmación de que era el hijo de Dios, Pilato no estaba convencido de que sus crímenes merecieran la pena capital. Sin embargo, el líder romano se dejó influir por las multitudes congregadas y, a pesar de «lavarse las manos» literalmente, entregó al prisionero para que fuera crucificado. La Biblia dice que Jesús tardó seis horas en morir en la cruz del Calvario, a las afueras de Jerusalén, poniendo fin a su vida con las palabras: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».
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