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Las 7 curiosidades de Nochevieja que igual no sabías

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Llega uno de los momentos más especiales del año. La Nochevieja está llena de magia, nos invita a mirar con optimismo e ilusión el siguiente año y a mirar atrás para recordar todo lo vivido y a los que ya no están. Pero la noche del 31 de diciembre está rodeada de tradiciones y supersticiones que cumplimos año tras año. ¿Sabes por qué tomamos doce uvas con las doce campanadas? ¿Por qué llevamos ropa interior roja? Te contamos algunas curiosidades sobre Nochevieja que igual desconocías.

El origen de la lencería roja que llevamos en Nochevieja

Entre confeti y cotillón, muchos confían su suerte amatoria a una curiosa tradición: llevar ropa interior de color rojo pasión. Si eres de los que pierde la cabeza por lucir una prenda de este color tan pasional tal vez te interese saber que el origen de esta tradición se remonta a muchos siglos atrás en el tiempo.

Si piensas que esta idea surgió de la mente de algún comerciante con la idea de vender más esa noche del año, estás equivocado. Sus orígenes se remontan hasta la Edad Media, esa época llena de prohibiciones, sobre todo para la clase más baja de la sociedad. Antiguamente el color rojo estaba relacionado con el demonio y la brujería por lo que se llegó a prohibir incluso llevarlo en la ropa.

Aun así, durante esta época, comenzó a hacerse popular la creencia que durante el invierno, cuando todo está blanco y no hay color en las calles de ciudades y villas, llevar algo de color rojo, era una especie de talismán que atraía la buena suerte debido a que el rojo, era símbolo de vida y de fortuna. ¿Cómo evitar la prohibición sin usar este amuleto? Para que no se viera la gente optó por utilizar este color en la ropa interior.

De ese modo, con el paso del tiempo, la costumbre de la lencería roja fue cada vez siendo más importante hasta llegar hasta nuestros días donde ahora es tradición regalar a sus parejas esa prenda para así atraer la buena suerte. Porque el rojo, ya sea en Nochevieja o en cualquier época del año, además de atraer la fortuna, es símbolo de pasión, amor y deseo.

Las uvas de la suerte

Si hay algo que no puede faltar en la mesa la noche del 31 de diciembre son las tradicionales doce uvas. ¿Pero de dónde viene esta costumbre?

Sobre el origen de esta tradición española existen muchas teorías. Entre los años 1880 y 1882 la clase burguesa de la época, imitando a la francesa empezó a celebrar la Nochevieja comiendo uvas y vino espumoso. Por lo visto, un grupo de madrileños decidió reunirse, burlándose de esta costumbre de la clase alta española, para tomarse las doce uvas al son de las campanadas en la famosa plaza de Madrid.

Otra idea afirma que su nacimiento sucedió en el año 1909 cuando a causa de un excedente de uva en Alicante y Murcia los agricultores decidieron dar salida a sus productos de esta manera logrando que esta se convirtiera en una tradición la noche de fin de año.

Lo bien cierto es que esta costumbre se ha expandido por países hispanoamericanos como Argentina, México, Venezuela, Perú, Ecuador, Bolivia, Costa Rica e incluso a otros continentes como Oceanía en Australia.

¿Sabías que en los años 30 del siglo XX tener uvas en Nochevieja era un lujo??

Antes de que llegase a afianzarse la tradición de las doce uvas en las décadas de los años 50 y 60 gracias a los avances en la agricultura, la producción de la vendimia en los años 30 era muy escasa y por tanto difícil de conseguir.

Nochevieja por el mundo

Aunque en España la uva sea la protagonista de la noche del 31 de diciembre en el resto de países del mundo tienen sus propias costumbres o supersticiones para entrar con buen pie en el nuevo año. Por ejemplo en Grecia es tradición cocinar vassilopitta, un pastel que esconde en su interior una moneda de oro o de plata. El que la encuentre será más afortunada durante el siguiente año, un juego gastronómico similar al roscón de Reyes con su haba y su premio.

Por su parte en Italia, la fortuna viene de la mano de una legumbre ya que es típico tomar un plato de lentejas estofadas tras las campanadas de la noche del 31 de diciembre para que la suerte te sonría.

¿Desde cuándo se retransmiten las campanadas?

En el año 1962 se produjo la primera retransmisión de las doce campanadas en Televisión Española (antes se seguía únicamente por radio) Cuando sólo existían las dos cadenas de televisión pública, y no había tantos canales, se televisaban desde la famosa Puerta del Sol de Madrid, salvo en una ocasión, las de 1973, retransmitidas desde Barcelona.

Uvas con sabor valenciano

¿Sabías que la gran mayoría de las gran mayoría de uvas que comemos durante la nochevieja tienen denominación de origen en la Comunidad Valenciana? La comarca alicantina de Vinalopó se encarga de abastecer a toda España desde ya hace décadas. Aledo, uva característica del Valle del Vinalopó, es la variedad más habitual para despedir el año. La producción de este fruto entre las siete localidades que forman esta zona del Vinalopó (Aspe, Monforte del Cid, Agost, Novelda, La Romana, Hondón de las Nieves y Hondón de los Fraile) es de 41 millones de kilos por temporada.

El champagne, una deliciosa casualidad

No se puede empezar el año sin brindar con cava o con champán. Pero lo que no sepás tal vez es que el origen del champagne está lleno de casualidades. Según la leyenda o tal vez la historia, a finales del siglo XVII, en 1670 el monje Dom Perignon, de la abadía benedictina de Hautvillers en la región de Champagne, al norte de Francia creó casi sin querer esta bebida sinónimo de lujo.

Y es que este vino blanco nació de la casualidad gracias al ingenio, al mimo y a una serie de cambios que introdujo Dom Perignon tanto en el cultivo del viñedo como en el corcho de forma cónica sujeto con una grapa metálica y las botellas de vidrio más grueso. Cuentan que este abate ciego mezcló varios vinos blancos de distintas vendimias y los embotelló en diferentes botellas. Y como si fuera por arte de magia uno de esos vinos generó una segunda fermentación en su interior dando lugar a esas burbujas tan características. “Venid rápido hermanos, estoy bebiendo estrellas” gritó sorprendido el hombre ciego ante el sabor burbujeante que acababa de probar.

 

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