Puerta por la que uno de los perros de caza entró en la vivienda
En la tarde del miércoles 7 de septiembre, dos coches de cazadores se detienen en una urbanización de Godelleta. Tres hombres abren los vehículos de los que sale una jauría de perros de presa. Los animales descontrolados campan a sus anchas por las calles de la zona.
Uno de los canes revienta a bocados una tela que cubre una de las puertas de acceso de un chalé hasta que por fin logra acceder al terreno privado.
«Estaba dentro de casa con el ordenador y escucho ruidos. Resulta que uno de los ocho perros se había metido en mi casa y estaba destrozando a uno de mis gatos hasta matarlo», relata nervioso un vecino de la urbanización. «En ese momento me tiré a por el perro y me pegó un pequeño bocado en la mano. Le di patadas hasta que finalmente logré que se marchara».
El caso podría haber quedado en un ‘accidente’, pero la reacción de los dueños de los animales todavía indignó aún más al hombre agredido.
«Pedí auxilio a los cazadores que me comenzaron a insultar lejos de ayudarme o prestarme ayuda. Me gritaban «cállate idiota, imbécil».
El hombre se encuentra en shock. «Esta vez ha sido mi gato, pero podía haber sido un niño, o me podía haber arrancado la mano», se queja tras confirmar que ya ha interpuesto la denuncia.
Imagen del gato muerto
No es la primera vez
Tras el incidente la víctima, que prefiere mantener el anonimato, denunció los hechos a la Guardia Civil de Chiva que se personó hasta el lugar de los hechos y tomaron las matrículas ante la ausencia de los hombres.
Pero el caso lejos de solucionarse se repite de manera continua. «Los fines de semana suelen venir a cazar con armas y los perros. Entre semana solo con animales ya que es lo que permite la ley».
El vecino se queja de que las fuerzas de seguridad no hacen nada para poner fin a que estos perros vayan sueltos por una zona urbanizada.
«El problema es que no es la primera vez que sucede. He denunciado los hechos en numerosas ocasiones. La primera vez la policía local de Godelleta me remitió a la Guardia Civil ya que es la responsable en temas de cazas y licencias».
La Guardia Civil alega, como narra el denunciante, que «no tiene suficientes recursos», ante la impotencia y la rabia del vecino, que ve como esto se repite prácticamente cada semana. «Parece que hasta que no pase una desgracia mayor nadie vaya a hacer nada.»
Disparos en la propia urbanización
Además del susto por la violencia de los animales, la víctima recrimina la actitud de los cazadores que lejos de ser comprensivos actúan con «prepotencia y chulería».
Según el relato de la víctima los cazadores dicen «que todo el municipio es coto de caza y tienen derecho a andar con los perros sueltos».
«En una ocasión una vecina que tiene caballos estuvo a punto de caer de la montura cuando varios perros comenzaron a ladrar y saltar sobre el animal. Todo quedó en un susto afortunadamente».
El peligro de que los perros de caza vayan sueltos no es el único peligro que ha sufrido este vecino. «Hace unas semanas me encontré que un cazador estaba apoyado de pie sobre la puerta de mi terreno. Me acerqué hasta él y le recriminé que no podía disparar en la urbanización. Lejos de parar, me apuntó con el arma y simulando disparar dijo: bum bum».
Ahora está pendiente de que la Guardia Civil cite a los dueños de los vehículos para iniciar la investigación de los sucedido. Además la víctima ha manifestado que piensa iniciar una «lucha» y querellarse contra los cazadores que lleven sueltos a los perros por la zona o que efectúen disparos en la urbanización.