Valencia, 17 dic (Official Press – EFE).- Llegaron a España desde países como Camerún, Nicaragua, Países Bajos y Chile por distintas razones, pero Ellette, Rosario, Jolene e Ivo coinciden en la importancia de que exista el Día internacional del Migrante, que se celebrará este lunes 18 de diciembre: «Que la gente sepa que podemos aprender unos de otros».
El Día internacional del Migrante
Los cuatro residen en Valencia y forman parte de Afrolatidos, una asociación creada en 2017 integrada por personas migrantes y autóctonas que consideran que les une «un mismo latido» y buscan generar «espacios de unidad que enriquezcan a todos», según explica a EFE su presidenta, la valenciana María Chaqués.
Desde Camerún en cayuco
Ellette Djomatou llegó a España en 2018 desde Camerún en cayuco. Después de viajar a lo largo de dieciocho meses por varios países en coche, caminar por carreteras y por el desierto, hacer noche en cualquier sitio. Finalmente, algo que no le habían dicho como aventurarse en la mar en una embarcación precaria. Buscar «una vida mejor» fue lo que le llevó a dejar un país que en la parte anglófona está en guerra, y aunque explica a EFE que en España las cosas no son fáciles, ahora mismo no tiene papeles y eso le complica encontrar trabajo, intenta ser optimista: «Me he dicho: no pasa nada, hay que tener paciencia».
El documental «Mare Mediterraneum»
Ellete, de 49 años, es la protagonista del documental «Mare Mediterraneum», una producción española senegalesa codirigida por María Chaqués en el que se ha buscado reflejar la mirada migratoria desde el origen y en especial cómo lo viven las mujeres que hacen ese viaje y las madres que se quedan esperando a sus hijos.La migración «es un proceso que forma parte de la humanidad y que a veces, si no lo vives en primera persona o desde muy cerca, no puedes entender las dificultades que atraviesan estas personas, que son supervivientes, son resilientes y tienen mucho que aportar», reivindica María.
Migrar por amor
La nicaragüense Rosario Lampin tiene 65 años y llegó a Valencia hace ya 36 por «una historia de amor»: en su país conoció a un español que había ido de cooperante en la época de la reconstrucción tras la guerra, se enamoraron y después de casarse y residir dos años en Nicaragua decidieron venir a España.»Al principio fue muy duro, ahora ya me siento integrada», rememora Rosario, quien destaca el contraste de pasar de vivir en la naturaleza a hacerlo en un piso y el choque cultural de la fiesta de las Fallas que no entendía «tanto despilfarro cuando había gente que se moría de hambre en el mundo».
«Me ha aceptado el que ha querido; el que no, me da igual. En mi finca trato de vivir como en familia, todos mis vecinos me quieren», agradece Rosario, quien asegura que sigue «en la lucha», en ayudar «al bien común de las mujeres», y opina que debería haber «más de un día» del migrante, pues la migración «es hoy el motor de cualquier país».
Mostrar a los hijos otras culturas
Jolene Keur-Muñoz llegó hace dos meses desde Países Bajos a España junto a su marido, mexicano, y sus tres hijos por dos razones principales: que los niños aprendieran el idioma de su padre, ya que ahora no pueden hablar con su familia de México, y mostrarles que hay «más culturas» y «otras maneras de hacer las cosas».
Esta escritora de 39 años confiesa que aprender el español le está resultando más difícil de lo que pensaba, pero agradece la acogida recibida -«hay mucha gente muy amable que quiere ayudar»- y reivindica la importancia de Día del Migrante, para que se sepa que hay personas «con muchas culturas y valores» y que pueden compartir y aprender todos.
Saber quién es el vecino
Ivo Polo llegó desde Chile a España en el 2000, con 23 años para dejar atrás «un ambiente familiar muy malo» y un país con «pocas perspectivas». Afirma que el hecho de tener la nacionalidad española, ya que su abuelo era de Salamanca, le facilitó las cosas, y asegura que el cambio fue «muy radical».
Trabaja desde hace seis años como taxista y asegura que siempre se ha sentido «bien acogido». Mientras que le parece «fundamental» que haya un Día del Migrante: «Somos parte de esta sociedad, a la que aportamos nuestros conocimientos, costumbres y puntos de vista» y «se puede aprender de todos».»Es importante que la gente tenga interés en saber quién es su vecino y si puede aprender algo de él», destaca Ivo, quien aprendió a cocinar gracias a sus vecinos marroquíes: «Yo me hacía unas patatas fritas y un bote de atún y ya pensaba que había comido, ellos me enseñaron que no era así».