El gran banco que saldrá de la fusión entre Bankia y Caixabank mantendrá este último nombre como marca comercial y establecerá su sede social en València, según fuentes financieras conocedoras de las negociaciones entre las dos entidades.
Aunque estas conversaciones continúan abiertas, ambas decisiones parecen definitivas. De hecho, se espera que será mañana, miércoles, cuando se dé luz verde a la fusión por parte de los consejos de administración de CaixaBank y Bankia. Decidida la marca y la sede, el otro punto clave a resolver es la ecuación de canje de acciones.
En el sector se considera lógica la decisión, ya que la marca comercial de CaixaBank «pesa» más que la de Bankia. Además, la entidad de origen catalán siempre la ha mantenido en todas sus operaciones de absorción anteriores, con Caixa Girona, Banca Cívica o Banco de Valencia.
En cuanto a la sede social, la que marca el domicilio empresarial a efectos tributarios (excepto el Impuesto de Sociedades, que se lleva el Estado), legales y accionariales, ambas entidades ya la tenían fijada en València. Bankia la fijó en julio de 2011, después de su fusión con Caja Madrid y poco antes de su salida a Bolsa. En el caso de CaixaBank, su traslado a València se realizó en octubre del 2017, en plena crisis independentista catalana.