En el pleno de Junta Central Fallera celebrado este martes, el presidente de Junta Central Fallera Pere Fuset informó que el próximo mes se aprobarán las normas de elección de las Falleras Mayores de València de 2024. Y volvió a pedir una “reflexión global” que considera “conveniente” en cuanto al proceso de selección de las candidatas infantiles, con el fin de estudiar “un margen de mejora” porque sea “lo más humano posible”. Por eso, ha hecho un llamamiento para un proceso participativo porque las comisiones falleras lanzan sus propuestas para estudiar la incorporación en la normativa.
De todos es sabido que el proceso deja a una gran mayoría de candidatas fuera, 60 descartadas frente a 13 elegidas. Por lo que un alto porcentaje se va muy descontento. En el caso de las candidatas a Fallera Mayor de València, las chicas saben a lo que van porque son mayores de edad, aunque eso no quita que por parte de los miembros del jurado haya una sensibilidad especial con todas, lo que suele ser habitual.
Pero si hablamos de las infantiles, el tema cambia. Las niñas viven el periodo de pruebas con ilusión y con nervios, como es normal. Pero las personas que deciden quién sí y quién no, deben ser ejemplares en su conducta, trato y comentarios hacia las menores porque de aquí sí que pueden salir dañadas.
La Fonteta: un premio o una tortura
Sobre la reflexión que plantea el concejal Pere Fuset entra la «deseada» Fonteta. Un acto que las comisiones viven como un gran premio acompañando a sus candidatas y animándolas desde las gradas. Es el gran espectáculo que cierra el proceso. Pero, ¿qué pasa cuando 60 chicas y 60 niñas se quedan en un pasillo mientras las elegidas suben al escenario? Para los periodistas que hemos podido presenciar ese momento, es de todo menos recomendable para las más pequeñas, lloros y ataques de ansiedad que te parten el alma. Un proceso que forma parte de una fiesta, no puede ni debe provocar dolor a nadie y no puede tener ese final para las niñas.
¿La fórmula? Puede haber varias, pero desde luego la que hay no funciona. Los falleros debemos proponer alternativas escuchando opiniones de las candidatas que han pasado por ahí y no han llegado al escenario. Quizás escuchando a las que lo han vivido podemos dar con la fórmula que suavice ese momento y sea lo menos dañino posible.