La mayoría de las mujeres sueñan desde pequeñita con su vestido ideal para uno de los días más importantes y especiales… el día de su Boda. Hay mil opciones y formas para conseguir que tu traje sea perfecto. Antigüedades Me Encanta da la oportunidad de vivir una experiencia inolvidable a toda novia que busca una pieza única, con historia y que perdure en el tiempo como una joya familiar.
Esta firma de anticuario dispone de piezas con las que la realeza y la nobleza de siglos pasados soñaban tener y lucir en eventos especiales como podrían ser bautizos, enlaces, coronaciones, etc.
Hay novias que quieren darle más importancia al traje con faldas de encaje, cuerpos, mangas originales de encajes, fajines, etc. En cambio, otras novias prefieren llevar velos o mantillas impresionantes de encaje de Bruselas, Punto Princesa, Punto de Aguja, Punto Duquesa, etc.
Todas estas piezas harán que tu traje tenga un valor incalculable ya que son piezas hechas a mano, únicas e irrepetibles.
Para encontrar ese ‘toque único’, Antigüedades Me Encanta prepara sesiones en un showroom privado para poder enseñar todas las opciones que tiene una novia desde encajes, faldas originales, mangas, velos, mantillas, pañuelos, y muchas otras piezas fabulosas.
En la historia de Mari Carmen se trataba de una novia que tenía claro lo que quería. Por diferentes motivos el lugar donde se reunió con la firma de Anticuario fue el Hotel Ritz de Madrid con un entorno maravilloso y palaciego para admirar las diferentes piezas que podían ofrecerle. Tras ver diferentes mantillas ‘apareció’ aquella con la que siempre había soñado. Era una mantilla-chal de tres picos de aplicación de Bruselas y Punto de Aguja con un dibujo espectacular y un trabajo exquisito hecho por las mejores encajeras del siglo XIX.
Después de restaurar dos diminutos agujeritos, la pieza ya estaba lista para terminar en manos de esta malagueña y pasar de generación en generación.
La madrina del enlace iba a ser la madre de Mari Carmen, quien cuida todos los detalles y también quería lucir una buena mantilla negra por lo que se decidieron por un chal de tres picos de encaje de Chantilly de Bayeux en el que las encajeras del siglo XIX la hacían a bolillos durante 10 meses 10 mujeres, lo que constituye toda una obra de arte.
En el vestido también podemos ver en la cintura un detalle de encaje de Aplicación de Inglaterra con forma de cinturón o fajín.
El día de la boda llegó y lucir una mantilla de tanto realce hizo que se sintiese aún más especial llevándola en todo momento hasta el momento del baile. Toda novia debería de sentir que es ser una chica Me Encanta, algo indescriptible e inolvidable. Desde Antigüedades Me Encanta le deseamos a la pareja un futuro lleno de amor y sueños cumplidos.