Tras 35 años en prisión por el asesinato de sus padres, Lyle y Erik Menéndez podrían ser liberados tras una revisión judicial de su sentencia original
El caso que conmocionó a Estados Unidos en los años 90 ha dado un nuevo giro. Un juez de Los Ángeles ha reducido este martes la condena de Lyle y Erik Menéndez, responsables del asesinato de sus padres en 1989, abriendo así la posibilidad de que los hermanos soliciten la libertad condicional tras más de tres décadas en prisión.
Ambos fueron condenados originalmente a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, pero la nueva decisión judicial la sustituye por una pena de 50 años de prisión, de los cuales ya han cumplido 35. La medida les permite solicitar la libertad condicional de forma inmediata, con una audiencia programada para el próximo mes.
Un crimen que marcó a toda una generación
El 20 de agosto de 1989, en su residencia de Beverly Hills, los hermanos Menéndez asesinaron a sus padres, José y Kitty Menéndez, en un crimen brutal ejecutado con escopetas. Durante el juicio, los fiscales alegaron que se trató de un crimen motivado por la herencia, mientras que la defensa sostuvo que los hermanos actuaron tras años de abusos sexuales y psicológicos por parte de su padre.
La cultura pop y la evolución del caso
El caso ha regresado al foco mediático gracias a su representación en la exitosa serie de Netflix «Monsters: The Lyle and Erik Menendez Story», que, junto con el respaldo de figuras públicas como Kim Kardashian, ha reavivado el debate sobre si fueron víctimas o monstruos. La historia también ha sido tratada en varios documentales y programas especiales, incluyendo entrevistas recientes con ambos desde prisión.
Durante la audiencia, el juez Michael Jesic reconoció la responsabilidad asumida por los acusados y valoró su evolución personal. “Han hecho lo suficiente para merecer una segunda oportunidad”, declaró.
Peticiones de clemencia y reinserción
Durante su encarcelamiento, los hermanos han trabajado en programas con reclusos enfermos terminales y han mostrado remordimiento. Familiares como su prima Anamaria Baralt pidieron clemencia al juez, asegurando que «35 años son suficientes» y que «la familia ya los ha perdonado».
En contraposición, la fiscalía se mostró crítica con la decisión, alegando que los hermanos han ofrecido versiones contradictorias del crimen y no han dado una confesión totalmente coherente.
¿Qué pasará ahora?
Según la ley del estado de California, si una junta de libertad condicional recomienda su liberación, el gobernador Gavin Newsom tiene la potestad de ratificar, revocar o modificar la decisión final.
Con 57 y 54 años, respectivamente, Lyle y Erik Menéndez podrían estar más cerca que nunca de salir en libertad, casi cuatro décadas después del crimen que cambió sus vidas y las de toda su familia.
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