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El domingo 8 de octubre se le impondrá al Arzobispo de Valencia el palio arzobispal

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El Arzobispo de Valencia recibió el palio de manos del Papa, en la Basílica de San Pedro, el pasado 29 de junio)
La Catedral acogerá este próximo domingo 8 de octubre, con la asistencia del Nuncio de Su Santidad en España, monseñor Bernardito Auza, la imposición del palio arzobispal al Arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent.

El Arzobispo de Valencia recibió el palio bendecido por el Papa Francisco en la Basílica de San Pedro el pasado 29 de junio

En el acto, a las 19 horas, en el que está prevista la asistencia de los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Valencia – las tres diócesis de la Comunitat Valenciana y las de las Islas Baleares- le será impuesto a monseñor Benavent el palio arzobispal que recibió el pasado 29 de junio, en la solemnidad de San Pedro y San Pablo, de manos del Papa Francisco tras su bendición en la Basílica de San Pedro en Ciudad del  Vaticano.
El palio es el «signo visible de comunión con el Santo Padre y con toda la Iglesia universal» y está compuesto por una faja de lana blanca sobre el cuello, adornado con cinco cruces, que representan las cinco llagas de Cristo en la Pasión.
De esta manera, monseñor Enrique Benavent  recibirá la imposición del palio arzobispal,  en su primer año como Arzobispo de Valencia – tras ser nombrado Arzobispo de Valencia el 10 de octubre de 2022 y tomar posesión de la archidiócesis el 10 de diciembre del mismo año – junto a otros arzobispos metropolitanos que también se les ha impuesto en sus respectivas diócesis.
En la celebración del domingo, en la Catedral,  el rito dará comienzo con unas palabras del Nuncio que impondrá el palio al Arzobispo, quien a continuación presidirá la eucaristía.
 

Antes de la imposición del palio arzobispal, se le da una bendición por el Papa en la Basílica de San Pedro

El arzobispo de Valencia, monseñor Enrique Benavent, recibió el palio arzobispal bendecido por el Papa Francisco. En la eucaristía que se celebró en la Basílica de San Pedro, en Ciudad del Vaticano. Una ceremonia multitudinaria “cargada de solemnidad, de gran emotividad y mucho simbolismo”. En la que la entrega de esta insignia es un reconocimiento a los Arzobispos de cada provincia eclesiástica. En concreto,  de cada diócesis, y es signo de comunión con el Pontífice y con toda la Iglesia universal.

El Arzobispo de Valencia concelebró la eucaristía junto a otros cuatro obispos españoles, y a otros 28 arzobispos metropolitanos de todo el mundo nombrados durante el último año. El Arzobispo Benavent fue acompañado por el consejo episcopal y una representación del Cabildo catedralicio.

Tras esta ceremonia celebrada por el Papa Francisco, ahora es cuando en Valencia el Nuncio del Papa en España, Bernardito Auza, impondrá el palio al Arzobispo Enrique Benavent en la Catedral.


Este ornamento litúrgico está relacionado con la misión del arzobispo de ser el Buen Pastor, a imagen del propio Jesucristo, que sale en busca de la oveja perdida.

 

La misión de ser Buen Pastor

Los palios se confeccionan con la lana de dos corderos blancos que los crian las religiosas del convento romano de San Lorenzo en Panisperna. Que luego es ofrecida al Papa por los religiosos de la Orden de los Canónigos Regulares Lateranenses. Los cuales sirven en la Basílica de Santa Inés Extramuros, en cuya cripta están custodiadas las reliquias de la santa.

Los corderos son bendecidos el 21 de enero, día en el cual se conmemora la muerte cruenta de la mártir romana,  en la misma basílica. También se les lleva a que los bendiga el mismo Papa. Las religiosas de Santa Cecilia, en el barrio romano de Trastevere, son las encargadas de tejer los palios con la lana de estos corderos.

Una vez elaborados, los palios se colocan en el sepulcro del apóstol Pedro. Donde se custodian durante todo un año, por lo que se consideran reliquias de tercer grado. De ahí un diácono los toma, para  bendecirlos, por el Papa y entregados a los nuevos metropolitanos. Como recordaba Benedicto XVI “se confecciona con lana de oveja, en representación de Jesucristo. El Cordero de Dios que quita el pecado del mundo y el Buen Pastor que vela cautelosamente sobre su rebaño”.

El palio recuerda a los Obispos que, como Vicarios de Cristo en las respectivas Iglesias locales. Se les llama a ser Pastores a ejemplo de Nuestro Señor.

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