(EFE).- 1.080 millones de euros de facturación van a perder los bares y restaurantes de la Comunitat Valenciana estas Navidades por la reducción de las celebraciones de amigos y familiares y las comidas y cenas de empresa, lo que se va a traducir en 8.000 trabajadores que no contratarán para estas fechas.
Los bares y restaurantes tienen a fecha de hoy muy pocas reservas de comidas y cenas de empresa para las Navidades, y estiman que los efectos de la contracción van a ser una reducción del 60 % de la facturación habitual en la campaña de Navidad, un porcentaje que aún puede aumentar, según ha asegurado el presidente de la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia (Hostelería Valencia) y de Conhostur, Manuel Espinar.
Para Espinar, las restricciones del Gobierno sobre el número de asistentes a reuniones familiares son «incongruentes» si se tiene en cuenta que los focos de contagio «se están produciendo en su gran mayoría en el ámbito familiar» y se pregunta: «¿Se van a poner la mascarilla en una casa, se van a abrir las ventanas?», en contraposición a las medidas de los locales, donde hay a disposición del cliente gel hidroalcohólico, se renueva el aire y el uso de la mascarilla es obligatorio antes y después de comer.
«Seamos sinceros, no digo que no haya familias que no lo hagan pero ¿cuántas pueden ser, el 2 %?», insiste el hostelero, para señalar que desde fuera de España ya dicen que nos preparemos ante una posible tercera ola de covid-19 porque con nuestro carácter, diferente al de los franceses, suizos o británicos, «el único entorno seguro es la hostelería».
Los protocolos de covid en España establecidos en los locales a través del Instituto de Calidad Turística, son «los más estrictos» pero desde que los bares y restaurantes levantaron sus persianas en junio, siguen por debajo del umbral de rentabilidad y con unas perspectivas de pérdida de mano de obra «brutales» para una de las puntas más altas de contratación a lo largo del año.
«Es lamentable, si no llegan las ayudas que pedimos, un 30 % no abrirá en enero (equivalente a la desaparición de 10.000 empresas)», vaticina el presidente de los hosteleros, que no obstante mantiene la esperanza de un pequeño repunte en diciembre.
Espinar se refiere al plan de rescate del sector pedido por Hostelería Valencia, que consiste en un paquete de ayudas directas de la Generalitat por valor de 80 millones destinados a toda la hostelería de la Comunitat Valenciana, que permitiría amortiguar la situación que arrastran.
El plan pide ayudas directas, a fondo perdido, para la supervivencia de las empresas y los autónomos, así como la modificación del régimen de los alquileres de locales de negocio, eliminando o reduciendo su pago durante los periodos de cierre o limitación por las restricciones.
Los hosteleros necesitan ese dinero para hacer la transición de noviembre a diciembre después de un mes de noviembre en que llegó el pago de los impuestos aplazados en abril por la covid, pero el Gobierno valenciano «no ha hecho caso», a diferencia de otras comunidades, como Cantabria, Andalucía, Galicia o Cataluña, que sí han tomado decisiones sobre los pagos.
La Generalitat, lamenta, «todavía no ha tomado cartas en el asunto, es muy triste y lamentable, cuando somos elementos primordiales en el organigrama turístico de la Comunidad Valenciana».
La Federación Empresarial de Hostelería de Valencia ha lanzado en colaboración con Caixa Popular el bono «Regala Hostelería», que está promocionando entre las empresas, para impulsar un sector que es «la zona cero de la pandemia, el más castigado y criminalizado y el que peor lo está pasando económicamente».
Mediante el bono, las empresas podrán regalar a sus trabajadores tarjetas para consumir en hostelería con un valor mínimo de 25 euros, una iniciativa a la que se han sumado ya más de 60 restaurantes como una alternativa a las comidas y cenas navideñas.
De esta manera, aunque no se pueda celebrar una cena de empresa con todos los empleados a causa de las restricciones, el empresario sí podrá regalar a los trabajadores un bono por valor mínimo de 25 euros para consumir en hostelería, con una validez de tres meses, desde el 1 de diciembre de 2020 hasta el 28 de febrero de 2021.
Es un revulsivo para el sector y ofrece una alternativa a las comidas y cenas de empresa, destaca Espinar.