A raíz de la pandemia y el confinamiento, las empresas que ofrecen sus productos y servicios vía online se han disparado. Las ventajas de disponer de un entorno digital o híbrido son numerosas, entre las que destacan el ahorro de costes físicos (alquiler, maquinaria, etc.) y la posibilidad de alcanzar a un gran número de personas. Sin embargo, esta puerta abierta para las empresas no ha pasado desapercibida a los ciberdelincuentes.
Así, a la par que las empresas online han aumentado, también lo han hecho las denuncias por robos de identidad y ataques informáticos. Tal y como informan desde Verne Group, una empresa especializada en realizar auditorías de seguridad, en el año 2021 un 94% de las empresas ha sufrido un ataque de naturaleza cibernética, siendo el fraude informático la principal razón por la que acceden al sistema.
¿Qué es un virus y cómo prevenirlo?
Cuando hablamos de virus informático nos referimos a un software ajeno a la seguridad del sistema que se adentra en el ordenador y opera sin ser percibido. Dentro de la categoría virus se engloban diferentes modos de operar de los ciberdelincuentes (pishing, gusanos, spyware, troyanos, etc.), los cuales comparten una meta común: recabar datos personales de la persona o empresa y utilizarlos para beneficio propio.
Tal y como señalan los expertos en ciberseguridad, en muchas ocasiones es prácticamente imposible saber si un virus está operando en nuestro sistema. Los ciberdelincuentes actúan de modo parasitario en el sistema operativo, de modo que no dan muestras de presencia hasta que es demasiado tarde. Por esta razón, es fundamental prevenir y mejorar la seguridad empresarial antes de que se hagan con datos personales o empresariales confidenciales.
¿En qué consiste una auditoría de ciberseguridad?
Una auditoría de ciberseguridad es un exhaustivo examen que una empresa ajena ejecuta para conocer el nivel de seguridad de otra empresa. Para ello, las empresas especializadas en estos servicios recaban y exploran los archivos e información de la empresa contratante, buscando fallos, alteraciones o brechas de seguridad.
Las fases de estudio de una auditoría pueden variar en cada empresa. Como ejemplo, los especialistas de Verne Group realizan cinco fases: recopilación de información pública (la cual incluye usuarios de la empresa, organización y los sistemas internos), escaneo de servicios (se centra en estudiar el sistema de la empresa y las medidas de seguridad con las que cuenta), análisis de vulnerabilidades (se ahonda en las brechas de ciberseguridad de la empresa), explotación de vulnerabilidades (la auditoría se centra en el ataque a las medidas de seguridad de la empresa) y post explotación (se recaban los datos obtenidos, enumerando debilidades y posibles soluciones).
De este modo, las auditorías de ciberseguridad operan con la mentalidad de un ciberdelincuente, buscando los puntos débiles en la seguridad interna y externa de la empresa y anticipándose a los ataques por parte de virus.
Pese a ello, existen diversos tipos de auditorías, los cuales dependen de si lo que se busca es un estudio de las debilidades internas (auditoría interna), seguridad externa (auditorías externas) y un estudio integral y holístico (auditoría 360).