Continúan conociéndose nuevos datos sobre la muerte de Esther López. Meses después del hallazgo del cadáver se produce un nuevo giro en la investigación. Hace unos días se conocía que una nueva persona estaba siendo investigada como sospechosa en relación con la muerte de la joven cuyo cuerpo fue encontrado en una cuneta cercana a Traspinedo (Valladolid) el pasado 5 de febrero.
Ahora nuevo informe del laboratorio que lleva el caso de Esther López confirma las sospechas iniciales de la Guardia Civil: Esther no murió inmediatamente, ni tampoco lo hizo en la cuneta donde fue hallado su cuerpo.
Según recoge OK Diario, Esther sufrió una herida en la frente. La sangre de esa lesión no solo manchó la camiseta que vestía aquella noche, sino que también llegó a sus manos. Todo indica que la joven se tocó la herida de su frente, por lo que no murió en el momento del golpe.
Además, ninguna de las muestras recogidas de la cuneta donde se encontró el cuerpo (casi una docena de colillas de cigarro, un tapacubos, un fragmento de un faro, restos vegetales, pañuelos de papel, un guante de látex o el precinto de un tapón de plástico) contenía ADN de la mujer, o de otras personas conocidas en el caso, por lo que tampoco murió en ese lugar. Según estos análisis, el cuerpo fue llevado hasta ese lugar.
Sangre en la ropa
El informe señala que son datos reveladores que indican cómo se encontraba Esther López, inmediatamente después de recibir el impacto que le provocó lesiones, y que finalmente la llevó hasta la muerte por falta de asistencia. También se desprende de él que había mucha más sangre de la que se conocía hasta ahora en la ropa y en el cuerpo de la joven.
Así, en una de las mangas y la zona del cuello del abrigo, en su bolso, en las bolsas de papel que la Guardia Civil le colocó en ambas manos antes de retirar su cuerpo, en su blusa y en su camiseta, los agentes habían detectado restos compatibles con ser sangre.
Se han confirmado que es sangre y que pertenecen a Esther. Además, el resto del ADN hallado en la escena es desconocido, o de alguno de los convivientes de la joven, y su presencia se explica desde la transferencia inherente al contacto diario.
Montaje
Por todos estos indicios queda claro que el escenario del hallazgo del cuerpo de Esther López fue un montaje. Su cuerpo fue depositado allí pocas horas antes de su hallazgo.
Esto queda patente tanto en la disposición de los elementos como la limpieza exhaustiva de las huellas del teléfono móvil de Esther López lo delatan. No en vano, fue el bolso que llevaba uno de los objetos que más suspicacias despertó entre los investigadores, ya que también había sangre de Esther.
Ahora los investigadores se preguntan si llegó hasta allí desde el propio cuerpo de la joven, o si quien manipuló su cadáver lo manchó en su traslado.