Valencia

Las dos próximas semanas serán clave para ver posibles medidas ante la Navidad

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València, 29 nov (EFE).- La evolución de la pandemia de la covid-19 durante las próximas dos semanas será «muy determinante» de las medidas que se pueden tomar o no para Navidad, aunque si la incidencia sigue subiendo «tocará pasar a mayores», sin llegar a toques de queda pero sí con controles de horarios.

Así lo ha asegurado este lunes Salvador Peiró, investigador de la Fundación de Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (Fisabio), en una rueda de prensa con motivo de la celebración de la primera Jornada científica del Programa Valenciano de Investigación Vacunal covid-19 (ProVaVac).

Peiró ha estado acompañado de Iñaki Comas, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC); José Sánchez, del Instituto de Investigación Sanitaria y Biomédica de Alicante (ISABIAL); y Josep Redón, del Instituto de Investigación Sanitaria INCLIVA.

Peiró ha indicado que no se puede comparar la situación de este año con la de 2020, ya que casi el 100 % de los mayores de 60 años está vacunado, está muy por debajo la tasa de contagios, fallecimientos e ingresos hospitalario o en las UCI, y el crecimiento es «sostenido».

Ha insistido en la importancia de «tomarnos en serio» las medidas en interiores, como la ventilación y el uso de mascarillas y de no tener la «idea preconcebida» de que no pasa nada por que se haya vacunado al 80 % de la población.

A su juicio, el pasaporte covid, una medida añadida a las que ya teníamos, parece que tiene un primer impacto positivo: que la gente que se quiere ir de fiesta en Nochevieja se ha vacunado este fin de semana en enclaves temporales como junto a la plaza de toros de València: «Este es uno de los principales impactos de esta medida y que nos va a ayudar, nos viene bien. Cuanta más gente se vacune, mejor».

LA VARIANTE ÓMICRON

Comas se ha referido a la nueva variante ómicron, una amalgama de más de 30 mutaciones de la que «todavía no tenemos mucha información», y ha asegurado que en España debemos «debemos estar preocupados y en alerta, pero no alarmados» ya que «tenemos sistemas para poder seguirlas de diferentes maneras».

«Desde los más complejos como puede ser la genómica y que son los más definitivos, pero también más rápidos en los hospitales o en las aguas residuales», ha indicado para añadir que todavía es una «incógnita» si la ómicron hará perder la efectividad de las vacunas frente la infección o si es «más transmisible».

SECUELAS COVID

Por su parte, Redón ha indicado que un tercio de las personas que han resultado infectadas por la covid-19 tiene secuelas que afectan a su calidad de vida, como insomnio, cefaleas persistentes y depresión.

El perfil de estas personas es «variable», ya que depende de si tenían patologías previas y la gravedad de la afección del coronavirus, si fueron síntomas menos graves o si estuvieron ingresados en la UCI.

«En general los afectados pierden calidad de vida en los seis meses posteriores a pasar la enfermedad«, ha indicado Redón, quien ha señalado que con el estudio realizado al respecto pretenden tratar de ayudar o hacer una vigilancia más marcada a los afectados, no hacer una estructura paralela al sistema sanitario.

TERCERAS DOSIS Y VACUNA EN NIÑOS

Peiró ha defendido la administración de las terceras dosis, especialmente en los mayores de 60 años, porque el efecto de las vacunas se pierde respecto a la protección de la infección, aunque no de la protección por la gravedad.

«La tercera dosis reduce la transmisión y también los casos graves», ha indicado para añadir que aún no se sabe cuántas veces más habrá que ponerse dosis de recuerdo.

Por su parte, Sánchez ha indicado que un estudio sobre la efectividad vacunal en el personal sanitario, realizado a los 70.000 trabajadores de la Comunitat Valenciana, ha indicado que en los primeros cuatro meses pierde efectividad para la infección pero no para la enfermedad grave.

Respecto a la vacunación en la población de 5 a 11 años, Peiró ha indicado que aún tiene que ser aprobada por la Comisión Europea, y en España por la Comisión de Salud Pública, y podría comenzar a partir del próximo mes de enero.

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