Cultura

Llega a València la exposición más grande del tatuaje

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Cartel de 'Tattoo. Arte bajo la piel'. / Foto de caixaforum.es

A pesar de su popularización contemporánea, el tatuaje ha estado vinculado a la humanidad desde hace siglos, tal y como demostró la momia del viejo Ötzi, con más de 4.500 años de antigüedad. No obstante, ha pasado de ser una práctica minoritaria y muy estigmatizada, hasta el punto de estar prohibida por diversos gobiernos, religiones y culturas, a convertirse en un signo de los tiempos actuales, además de una seña de identidad para muchas personas. En la actualidad, el 12% de la población europea lleva al menos un tatuaje. Mientras que entre los más jóvenes la estadística sube al 40%. Por su parte, España es el sexto país con más personas tatuadas del mundo.

Es por ello y mucho más por lo que CaixaForum Valencia presenta ‘Tattoo. Arte bajo la piel’, una exposición producida y organizada por el Musée du Quai Branly-Jaques Chirac de París y Fundació la Caixa. Llega a València tras haber viajado alrededor del mundo, donde permanecerá en el edificio del Ágora hasta el próximo 27 de agosto. Su finalidad es mostrar el recorrido histórico del tatuaje bajo una mirada antropológica, alejada de los estándares que usualmente se le aplica. En cierto modo, también puede considerarse una reivindicación del tatuaje como arte y forma de expresión. “Un tatuaje no deja de ser la expresión de la relación que mantiene un individuo con su sociedad”, aseguraba el coordinador de la exposición, Adrien Flament.

Una expresión en la historia del arte

Considerada como la exposición más grande sobre la historia del tatuaje, ‘Tattoo. Arte bajo la piel’ viaja a través de diversas épocas y contextos analizando la evolución del tatuaje y de sus significados. “El tatuaje tiene sus códigos, sus géneros y sus referentes y tiene entidad para ser incluida como expresión en la historia del arte”, señalaba Àlvaro Borrás, director de CaixaFórum Valencia. “El arte del tatuaje se ha consolidados como una de las tendencias del arte urbano”, añadía la directora de Exposiciones de la Caixa, Isabel Salgado. Es una expresión “de la historia contemporánea que no deja de evolucionar”, concluía Adrien Flament.

La exposición reúne más de 240 obras históricas y contemporáneas, donde se incluye obras de artistas del tatuaje procedentes de países tales como Japón, Estados Unidos, Francia, Suiza y Polinesia. Lleva a cabo una exposición móvil en el espacio y en el tiempo, que engloba multitud de formatos: fotografías, dibujos, pinturas, libros, piezas audiovisuales e incluso objetos propio del ámbito en cuestión como puede ser algunas herramientas para tatuar, máscaras o sellos.

Algunas de las muestras expuestas más destacadas son la pluma eléctrica inventada por Thomas Edison, la cual se considera el precedente a la máquina de tatuar tal y como es contemplada hoy en día; el baúl de un tatuador ambulante del siglo XIX; el retrato de Artoria, la célebre mujer tatuada que triunfaba en los “sideshows” de la década de los 20; o los retratos de grupos como las maras latinoamericanas o la yakuza japonesa con sus tatuajes identificativos. Según Flament, eso es «patrimonio histórico de la riqueza de obras contemporáneas» y que «pone al mismo nivel la cultura popular y tradicional del tatuaje».

Homenaje a tatuadores icónicos

Cabe destacar que ‘Tattoo. Arte bajo la piel’ rinde además homenaje a los tatuadores que han preservado este arte milenario a lo largo de los siglos, como es el caso de la filipina Whang-od Oggay. A sus 105 años está considerada como la última maestra que utiliza el batok (el tatuaje tradicional hecho a mano). Otro ejemplo son los maorís de Nueva Zelanda para los que el moko (o “arte de esculpir la piel”) sigue siendo un símbolo de conciencia colectiva indígena.

La muestra recuerda con especial énfasis a otros célebres tatuadores como Sutherland Mac Donald, Charlie Cartwright, Jack Rudy o Freddy Negrete, que en la década de los 70 del pasado siglo ampliaban las fronteras del detalle y el sombreado para acercar esta expresión a la del arte urbano. Y a Leo Zulueta, Alex Binnie, Xed LeHead y Yann Black, cuyos estilos han dirigido el tatuaje hacia el tercer milenio abriendo un sinfín de nuevos mundos.

Finalmente, para valorizar la identidad artística contemporánea de esta expresión, se exponen una veintena de prototipos de cuerpos hiperrealistas en silicona y tatuados con tinta que han sido creados expresamente para esta exhibición. Maestros del tatuaje de toda índole colaboraron para ello. Como reflexión final, anida la dicotomía del tatuaje como elemento renovador, actualmente dividido en dos grandes corrientes. Una primera, basada en el revisionismo histórico y la unión de ‘ambos mundos’ (el del pasado y el del presente), y un segundo con un afán más experimental y rompedor respecto a la relación de las artes gráficas con los considerados códigos clásicos.

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