València, 23 nov (EFE).- Agentes de la Policía Nacional han desarticulado a un grupo criminal dedicado a los robos con violencia, hurtos y robos con fuerza en interior de vehículos en zonas de ocio de València y han detenido a seis hombres, como presuntos autores de cuatro delitos de robo con violencia o intimidación, dos delitos de robo con fuerza en interior de vehículo y un delito de hurto, cometidos en los últimos dos meses.
Las investigaciones comenzaron tras tener conocimiento que algunos terminales móviles sustraídos en robos con violencia en interior de vehículos en zonas de ocio nocturno del distrito de Marítim pudieran estar almacenadas en un domicilio próximo al lugar donde se produjeron los robos.
Tras numerosas pesquisas, los investigadores han averiguado que los moradores de esta vivienda eran un grupo de personas con antecedentes policiales que ejercían gran actividad durante la noche, entrando y saliendo de la vivienda constantemente.
En el registro de la vivienda se han intervenido un total de 14 terminales móviles de alta gama, cinco de los cuales habrían sido sustraídos la noche anterior, 2 tabletas electrónicas, un ordenador portátil, una navaja y un pasaporte sustraído.
Ante tales evidencias, los policías han arrestado a seis varones, de edades comprendidas entre los 20 y los 32 años, como presuntos autores de cuatro delitos de robo con violencia o intimidación, dos delitos de robo con fuerza en interior de vehículo y un delito de hurto.
Las investigaciones llevadas a cabo han permitido esclarecer siete hechos y recuperar numerosos efectos que ya han sido entregados a sus legítimos propietarios.
MODUS OPERANDI
Los detenidos se servían de las fiestas nocturnas, de la escasa luz y el estado de las posibles víctimas, tras una ingesta de alcohol, para emplear varias estrategias dependiendo de la capacidad de resistencia o reacción de las víctimas.
En un primer momento fingían estar ebrios y mostraban aptitudes sociales con las que intentaban agradar y conversar con las víctimas para distraerlas y sustraerles los efectos al descuido.
Si lo anterior no funcionaba, pasaban a un segundo nivel en el que empleaban la técnica conocida como “Ronaldiño” en la que fingían caerse al suelo, agarrando con una de sus piernas la pierna de las víctimas, con lo que bloqueaban su movilidad, para sustraerle efectos.
Si no daban resultado ninguna de estas dos estrategias, propinaban empujones, tiraban a la víctima al suelo o incluso les llegaban a practicar estrangulamientos, técnica comúnmente conocida como “mataleón”, con el consiguiente peligro para la integridad de las víctimas.
Tras la sustracción, entregaban los efectos a otro de sus compinches que abandonaba rápidamente el lugar, ocultando los efectos sustraídos. De este modo, si la víctima conseguía retener al agresor y avisaba a la policía nunca se localizaban efecto en su poder.