ALICANTE, 2 Jun. (EUROPA PRESS) –
La Guardia Civil ha investigado en Elche (Alicante) a un hombre de 73 años y una mujer de 51 por presuntamente almacenar y tener preparadas para la venta por internet hasta 20.000 botellas de vino no apto para consumo. Las guardaban en la planta subterránea de un taller oficial de reparación y venta de vehículos, según ha informado el instituto armado en un comunicado.
Los agentes de Sant Vicent del Raspeig (Alicante) pusieron en marcha esta investigación a raíz de la denuncia de una persona que había comprado 10.000 botellas de vino de una conocida bodega de Yecla (Murcia).
Al proceder a su cata, el afectado decidió devolverlas porque la calidad del vino era mala y estaba lejos de lo que ofrecía la marca. Sin embargo, solo recuperó dos tercios de los 6.500 euros que había entregado antes de que el vendedor desapareciera.
Un análisis del vino reveló que no procedía de la bodega murciana y que tenía numerosas carencias relacionadas con el etiquetado, como que no existía registro del envasador ni del embotellador, la falta del número de lote o la información sobre los alérgenos.
Es más, de este vino ni siquiera se pudo certificar que fuera apto para el consumo, a pesar de que era ofertado como un buen vino de reserva. Debido a estos datos, los investigadores trataron de evitar que los sospechosos vendieran más botellas.
El estudio de la página de internet desde la que se comercializaba el vino permitió identificar a los posibles autores de la estafa, pero faltaba localizar el lugar donde podían tener almacenado todo el vino.
Las pesquisas, lejos de conducir a los investigadores hasta una bodega, les llevaron hasta un taller oficial de reparación y venta de vehículos en la localidad de Elche, un comercio poco relacionado con cualquier actividad vinícola.
JUNTO A RESIDUOS DE COCHES
Hasta el lugar se desplazaron efectivos de Sant Vicent junto a componentes del Servicio de Protección a la Naturalezas (Seprona). La inspección de la planta subterránea reveló hasta 20.000 botellas de vino almacenadas en condiciones poco salubres, junto a los residuos de varios vehículos. Estaban repartidas por el suelo en cajas de tres, seis y 12 botellas.
Por todo ello, la Guardia Civil ha procedido a la investigación de un hombre de 73 años y de una mujer de 51, ambos españoles, como presuntos responsables de un delito de estafa y un delito contra la salud pública.
Por su parte, el Seprona levantó un acta administrativa por una posible infracción en materia de sanidad y consumo, por tener almacenado de forma irregular un producto alimenticio en un lugar inadecuado.
Las 20.000 botellas han sido intervenidas y puestas a disposición de las autoridades competentes, mientras sigue abierta la investigación para esclarecer procedencia original del vino.