Es difícil eclipsar un partido del Mundial en el que tu equipo se juega la vida. Y Diego Armando Maradona ayer lo consiguió. El vergonzoso estado en el que se encuentra el exfutbolista ha dado varias vueltas al mundo en las últimas horas. Su adicción a las drogas es de sobra conocida, pero el ‘show’ que montó este martes durante el Argentina-Nigeria ha acaparado toda la atención.
A Maradona se le vio dormido en algunos tramos del partido, celebró el gol de su equipo dedicando una no, dos peinetas a la gradas al grito de ‘putos, putos’, mientras uno de sus acompañantes le sujetaba la barriga para que no se cayera. Pero ahí no acaba todo, su mirada perdida, su cara de no saber dónde está y su aspecto roza la lástima y el asco.
Una vez finalizó el encuentro, en el que Argentina consiguió pasar tras ganar a Nigeria, el argentino tuvo que ser llevado entre dos personas hasta uno de los palcos privados más cercanos para sentarlo y sujetarle la cabeza mientras se vomitaba encima (su camiseta se veía empapada en las siguientes imágenes). Tuvo que ser atendido por médicos y aunque él mismo desmintió horas después en su cuenta de Instagram que no había sido trasladado a un hospital, medios presentes lo afirman. Este fue el mensaje que dejó para sus seguidores: «Quiero contarles que estoy bien, que no estoy ni estuve internado. En el entretiempo del partido con Nigeria me dolía mucho la nuca y sufrí una descompensación. Me revisó un médico y me recomendó que me fuera a casa antes del segundo tiempo, pero yo quise quedarme porque nos estábamos jugando todo. ¿Cómo me iba a ir? Les mando un beso a todos, perdón por el susto y gracias por el aguante, hay Diego para rato!»
El problema de Maradona ha quedado claro que no solo es él, también es de los que le acompañan. La imagen del exjugador sentado y atendido en estado de descomposición mientras sus acompañantes comían lo que pillaban en ese palco, lo dice todo. Vergonzoso.