Dos jóvenes venezolanas residentes en España se han convertido en el ojo del huracán de las siempre implacables redes sociales por comentar que los españoles huelen mal. En un video compartido en su cuenta de TikTok han querido detallar cada una de las cosas que les disgustan de vivir en España. Partiendo de esa premisa, la polémica ya estaba servida.
Desde un principio, las chicas apuntaron al hedor patrio: «Huelen horrible, no todo el mundo, pero es demasiado común. Huelen a violín, a axila maloliente. Algo que no se explica porque aquí hay agua todo el día, hay champú, hay jabón y hay desodorante. Es algo cultural, entras en el autobús y huelen a cebolla, es horrible». Unas declaraciones que le han hecho tener en contra a una considerable horda de usuarios.
Sin embargo, eso no quedo ahí. Las dos latinoamericanas tuvieron tiempo de criticar el consumo excesivo de los dos principales vicios de este país (además de criticar al prójimo, lógicamente): el tabaco y el alcohol. «Fuman demasiado. Fuman todo lo que se te pase por la cabeza. Y beben, eso también lo odio. La gente está a acostumbrada a vomitar antes de entrar en una discoteca. Toman hasta morirse», arguyeron ellas.
Otra crítica apuntó directamente al carácter arrítmico de los españoles. «Les pones una bachata y te bailan un reguetón, les pones un reguetón y se lanzan a bailar un merengue mal bailado. Los españoles se limitan a saltar como si estuvieran en Tomorrowland. Patético».
Firmes en su propósito de criticar al pueblo español, finalmente las dos jóvenes hicieron de las costumbres horarias el objeto de crítica. «Los domingos no abre nada, solo algunos sitios de comida. No puedes hacer nada, todo está cerrado. Los horarios son rarísimos. Entre semana, aquí abren a las nueve y se toman la hora del almuerzo como mil horas, la hora de la siesta», afirmaron como conclusión a su despellejamiento.
Tras publicar el video, la dos venezolanas han recibido una oleada de críticas a través de diversas redes sociales, especialmente vía Twitter. El video se ha hecho viral y, en consonancia, el populacho virtual ha dictaminado sentencia, como es habitual en estos casos.