Santander, 3 ene. (EFE).- El coronavirus ha añadido a los departamentos de Salud Pública encargados de vigilar el cumplimiento de las normas sanitarias un quebradero de cabeza más: cómo organizar en condiciones seguras las cabalgatas, que en muchos casos han tenido que abandonar su formato tradicional y reinventarse debido a la pandemia.
El objetivo es lograr que los Reyes Magos puedan estar presentes en pueblos y ciudades con todas las garantías pese al virus de la covid-19.
Y para ello las ideas pasan, sobre todo, por cambiar los recorridos de carrozas por las visitas de los niños a los lugares donde les esperan sus Majestades, e incorporar las medidas que ya son rutina en todos los ámbitos de la vida: mascarilla, gel y lavado de manos y distancia.
Los más ocurrentes también plantean ideas más rompedoras, como que los Reyes visiten virtualmente a los niños en sus casas con la vídeollamada.
Éste es el ‘sudoku’ que ha afrontado estos días la Dirección General de Salud Pública de Cantabria, donde se han recibido cientos de peticiones para que se autoricen cabalgatas o eventos con los Reyes Magos, muy dispares entre ellas pero con una misma urgencia: que sus Majestades no pasen de largo.
En Cantabria, con 102 ayuntamientos, el departamento de Salud Pública del Gobierno no se atreve a cuantificar el número de solicitudes para autorizar cabalgatas y actos similares que han pasado por su mesa.
«Son 102 municipios con sus respectivas cabalgatas y luego hay que sumar otras localidades, pedanías o incluso barrios que también impulsan eventos de este tipo, cada uno de su padre y de su madre, y todos están pidiendo la autorización», dice a Efe el jefe de servicio de Salud Pública del Gobierno de Cantabria, Manuel Galán.
Galán insiste en que estos días en el departamento de Salud Pública han podido ver «casi de todo» entre las propuestas recibidas, algunas audaces y de lo más vanguardista, como la de San Mateo de Buelna, que plantea recurrir a las tecnologías y que los Reyes hagan una vídeollamada a los más pequeños de la casa.
Al final, todo vale siempre que se cumpla la consigna de Salud Pública: evitar las aglomeraciones y seguir el criterio que el Ministerio marcó en el Consejo Interterritorial de Salud.
Para lograrlo y que no haya grandes concentraciones de personas, lo que se intenta es que las ciudades y los municipios más grandes cambien las cabalgatas dinámicas, de carrozas y grandes comitivas, por recepciones en las que los Reyes están quietos en un lugar y la gente va pasando a verlos con todas las medidas: aforo con cita previa, mascarilla, distancia y desinfecciones.
Es la fórmula por la que se ha decantado el Ayuntamiento de Santander, que ha tenido que renunciar a su propuesta original, de tres únicas carrozas que iban a recorrer 50 kilómetros de la ciudad, y la ha sustituido por una recepción estática en el claustro de la Catedral.
Lo cierto es que esta pandemia se ha llevado por delante cabalgatas tradicionales de Cantabria, que este año se han suspendido o han tenido que adaptarse.
Es el caso de Seña, en Limpias, de Santillana del Mar, que también ha tenido que cambiar el recorrido por una recepción en el pabellón municipal.
TRABAJO A CONTRARRELOJ
La Dirección General de Salud Pública ha trabajado estos últimos días a destajo y a contrarreloj para dar curso a las peticiones que le han llegado de distintos puntos de la región, pidiendo a los promotores de las cabalgatas que corrijan los aspectos de más riesgo.
«Salud Pública en esta pandemia no para mañana, tarde y noche si hace falta», dice el jefe de servicio, que reitera que el objetivo es la seguridad, evitar aglomeraciones, y que «la gente no se desboque» por los Reyes.
El departamento de Salud Pública destaca además que la premisa ha sido intentar que no se suspenda ninguna cabalgata. «Siempre hay una forma de hacer algo de forma segura», dice Galán.