Fallas

Escif, autor de la Meditadora, carga contra el Ayuntamiento: «Lo que queda de ella no es una falla»

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València, 21 may (EFE).- Escif, el autor de la falla municipal 2020, que se montó a medias por la pandemia y cuyo busto no se llegó a quemar, ha asegurado que lo que queda del monumento, que arderá en septiembre, «no es una falla», sino «un fragmento, una alusión o un acto simbólico».

En un comunicado, Escif ha lamentado que se ha enterado por la prensa de que los restos de esta falla, conocida como «La meditadora» y que se convirtió en un símbolo de paz y esperanza durante la pandemia, se quemarán este septiembre.

El cuerpo de esta escultura, que representaba a una mujer en posición de loto, se quemó el 16 de marzo del año pasado sin presencia de público, pero su busto se conservó y está previsto que se queme en las Fallas de 2021, que se celebrarán en septiembre.

El autor ha recordado que el inicio del estado de alarma impidió montar la parte alta del monumento -en la que se encontraba la cabeza de la mujer- aunque ha reconocido que pese a ello, el mensaje «trascendió y llegó al corazón de muchísima gente».

Así, ha sostenido que los restos de la falla, entre los que se encuentran la cabeza y los hombros, «quedaron atrapados en un tinglado del puerto, abandonados al devenir de una realidad completamente imprevisible».

«La cabeza y los hombros no son la meditadora», ha subrayado Escif, quien ha señalado que estos restos «son las ruinas de un proyecto; las brasas que resistieron; el recuerdo de lo acontecido».

Por ello, ha recordado que la meditadora -el nombre con el que se conocía a la falla- «abandonó su cuerpo el día que éste fue incinerado», en referencia al pasado 16 de marzo.

«Ojalá esta cabeza, que resistió la pandemia, siga catalizando el mismo sentimiento de paz y esperanza», ha apostillado el artista, quien ha declarado que espera que la crisis permita concederle a la cultura «el inmenso valor social que tiene como base de todo lo que somos, pero sobre todo como cimientos de lo que queremos ser».

Escif ha concluido que quemar la cabeza de una mujer en la plaza del Ayuntamiento no es el proyecto que presentó hace dos años y tampoco es la meditadora, sino «el recuerdo simbólico de una falla, ya histórica, que se quedó sin plantar».

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