València, 7 jun (OFFICIAL PRESS- EFE).- Gennaro Gattuso, un técnico de
carácter explosivo, recordado por su intensidad como futbolista y su vehemencia en el banquillo, ha sido el elegido por el máximo accionista del Valencia,
Peter Lim, para entrenar a un equipo que lleva desnortado varias temporadas.
La tarea que tiene por delante el entrenador italiano no es menor y, a priori, su principal éxito consistirá no en conseguir buenos resultados, sino en conformarse con no verse dentro de poco tiempo ninguneado por los dirigentes de la entidad, tal y como ha ocurrido con todos los entrenadores que le han precedido en el cargo.
El Valencia está cada vez más cerca de completar una “década de la marmota”, al llevar ocho años en los que los entrenadores han pasado con una rapidez inusual e independiente de los resultados, a convertirse en un apósito al que nadie en el club prestaba atención, ya que ninguna de sus peticiones eran rechazadas, únicamente resultaban ignoradas.
Con ese guion se ha escrito la historia del paso de sus antecesores más recientes por el Valencia, que empezó con Juan Antonio
Pizzi, a quien en 2014, tres meses antes de la llegada de Lim al club, ya le habían mostrado la puerta de salida para dar paso a
Nuno Espirito Santo, un técnico aportado por el máximo accionista y por Jorge Mendes, su socio y agente de confianza.
Tras Nuno han pasado del abrazo al ostracismo técnicos como Gary Neville, Pako Ayestarán o Cesare Prandelli, quien decidió marcharse tres meses después de llegar.
Marcelino García Toral, con dos temporadas y un título de Copa del Rey, bate el récord de continuidad en esta etapa, antes de la llegada de Albert Celades, Javi Gracia y José Bordalás, el último en ser expulsado del proyecto.