Valencia
Mónica Duart, la empresaria de referencia en Valencia
Publicado
hace 2 añosen
Inmaculada Martínez
València (OFFICIAL PRESS- EFE).- La directora ejecutiva de Dormitienda, Mónica Duart (València, 1972), explica en una entrevista con EFE que practica yoga y meditación para calmar el estrés y la ansiedad, que lee novela negra, y que le encanta comer unas buenas patatas a lo pobre con huevos fritos y un pan con mucha molla.
PREGUNTA: ¿Cómo definiría el talento femenino en un país como España, donde la mayor parte de los altos directivos son hombres y existe brecha salarial entre hombres y mujeres?
RESPUESTA: Como necesario, absolutamente necesario. Seguir apostando por el talento femenino y seguir poniendo en valor el talento a nivel empresarial; creo que se está consiguiendo mucho, pero todavía queda por hacer. Yo nunca he sufrido discriminación por haber sido mujer, mi padre ha sido un visionario y siempre me ha ofrecido las mismas oportunidades que a mi hermano para mi desarrollo profesional en la empresa.
P: Ese instinto emprendedor, ¿quién se lo ha impregnado, su madre o su padre?
R: Siempre lo digo, el espíritu emprendedor me viene de mi padre. Tenemos una energía muy similar, una forma de ver la vida muy parecida y muy buena sintonía empresarial. Aunque he tenido mucha vocación para la medicina, siempre me he querido dedicar al negocio empresarial y mi empresa es una de mis pasiones. Cuando venir a trabajar es un hobby, es un regalo que tienes todos los días.
Mi padre es un gran emprendedor, hemos ido y seguimos muy de la mano, aunque él viene más de consejero. Ahora (en el momento de la entrevista) lo tengo en el despacho, y sus inestimables consejos son oro puro.
P: En su caso, esta pregunta es obligada, ¿hay algo que le quite el sueño?
R: Pues sí, mis hijos son muy pequeños todavía, y si algo me quita el sueño es poderles fallar en algún momento. Ser padres es muy difícil. Lo único que me quita el sueño es que pudiera sucederles algo. En lo demás, la empresa es un disfrute para mí.
P: ¿Cuáles son sus ambiciones? Dormitienda ha cumplido 25 años, ¿qué espera en los siguientes 25?
R: Espero que Dormitienda sea una empresa no solo nacional sino que esté posicionada a nivel internacional. Y tener una empresa que sea el referente número 1 tanto en número de tiendas como en excelencia. Soy una persona muy exigente y tengo la suerte de contar con un equipo maravilloso, que lo dan todo, que están muy motivados.
P: ¿El compromiso social es inherente a un buen empresario?
R: Pienso que sí. En general, cuanto más crecemos a nivel empresarial, más debemos comprometernos con la sociedad porque formamos parte de ella y debemos luchar para que las desigualdades cada día sean menores. Debemos colaborar todos en función de nuestras posibilidades y tamaño.
P: Alguna vez ha dicho «mi vida es una reunión». ¿Qué le pide a la vida profesional, aparte de éxitos?
R: Tuve un problema de salud hace dos años debido al estrés y mi vida ha cambiado mucho en ese sentido, he conseguido un equilibrio mucho mayor con respecto a cómo manejar esos ‘inputs’ externos. Hago yoga y medito. Tengo mucha serenidad, estoy muy plena, y eso me ayuda a tener una visión más amplia.
Mi vida ya no es tanto una reunión, pero sigo siendo empresaria las 24 horas. Con el paso de los años vas consiguiendo ese equilibrio emocional que hace que en la toma de decisiones seas más reflexiva.
P: ¿Y a la personal?
R: Busco tiempo para disfrutarlo con los míos y siento el tiempo que tengo como un tiempo de calidad que me llena. Mis hijos es lo más importante que tengo en mi vida, desde luego. Están en un momento estupendo, con 9 y 10 años, y me gusta viajar con ellos.
Mi tiempo es para mi familia y para mis amigos. Intento rodearme de buenos amigos y de elegir aquello que me apetece, es importante evitar muchos compromisos cuando tienes tiempo libre.
P: ¿Es lo que quería ser de pequeña?
R: Si hubiera sido otra cosa, sería médico. Pero estoy feliz y encantada en mi faceta de empresaria. Desde pequeños recorríamos los pasillos de las fábricas y jugábamos por allí, los trabajadores nos han visto crecer. La psiquiatría me ha gustado siempre. Pienso que habría sido una buena psiquiatra.
P: ¿Algún anhelo todavía no conseguido?
R: Hay que vivir con anhelos porque te impulsan a continuar. Como comentaba, ese anhelo de llegar a que Dormitienda sea la cadena de máxima referencia tanto aquí como fuera. A nivel personal, seguir luchando para que mis hijos sigan siendo felices y tengan todo el cariño y afecto, y crezcan sanos, sobre todo mentalmente sanos.
P: ¿En qué actividad o faceta es buena?
R: Me gusta mucho cocinar, hago un arroz al horno súper bueno, unas lentejas buenísimas. Me gusta mucho la casa y la cocina me encanta.
P: ¿Está en un nivel avanzado en yoga y meditación?
R: Debido a una lesión cervical, hay algunas asanas que tengo que modificar. Hago kundalini yoga. Llevo tres años y voy avanzando. Es una disciplina que no es sencilla, pero es un reto contra ti mismo, contra tu propio cuerpo, y a mí me ha ayudado muchísimo para calmar la ansiedad y el estrés, y me ha proporcionado mucha serenidad y energía mental, y el poder tomarme la vida de otra manera.
Disfrutar cada momento para mí ahora es fundamental, intentar absorber las sensaciones… Cuando meditas eres capaz de sentir sensaciones que normalmente no se aprecian. La vida se pasa con menos intensidad cuando no meditas. Aconsejo a la gente que lo practique. También hago tres días a la semana ejercicio con entrenador personal para rehabilitar mi hernia cervical.
P: ¿Cómo son sus vacaciones perfectas? ¿En la playa de Dénia con…?
R: En la playa de Dénia con mi familia y con mis amigos, y con un buen libro. Me encanta la zona en la que estamos y los atardeceres en la playa son mágicos, cuando ya no queda mucha gente. Este verano estaré también en Ibiza y Formentera. Cádiz me gusta mucho también.
P: En literatura, la novela negra es su preferida. ¿Cuál ha sido el último libro que ha leído?
R: Estoy empezando ‘La llama inmortal de Stephen Crane’, de Paul Auster. Me gustó mucho ‘No está solo’, de Sandrone Dazieri. Y Camila Läckberg y algunos escritores japoneses como Murakami. Y ‘Soy Pilgrim’; de Terry Hayes.
La novela negra me gusta mucho, porque me sumerjo tanto en la historia, centra tanto mi atención, que consigue abstraerme de los pensamientos y me relaja profundamente.
P: ¿Cuáles son sus cantantes favoritos?
R: Desde AC/DC hasta Pavarotti o Alejandro Sanz. Soy melómana, la música podría definir mi vida entera con seis o siete canciones, y me gustan muchos géneros. Una de mis ilusiones es ver ‘El fantasma de la ópera’ en Londres. Cuando tenía 15 años estuve en un concierto de Michael Jackson en el estadio de Wembley y fue una experiencia que no olvidaré.
P: Cuándo no tiene nada que hacer, ¿qué hace? ¿o eso es imposible?
R: No hago nada. Y disfruto de no hacer nada, y no me siento culpable, me siento satisfecha de no hacer nada. Creo que las personas tenemos que ser comprensivas con nosotras mismas y menos despiadadas, porque estamos exigiéndonos constantemente. También tenemos que tener esos momentos de no hacer nada.
P: ¿Qué le encanta comer?
R: Uf, unas buenas patatas a lo pobre con unos huevos fritos y un pan con mucha molla, un buen aceite de oliva; y si le tiras una trufa rallada por encima, también me va bien. Los quesos, el jamón. Soy muy ‘spanish’, me gusta la cocina española y mediterránea, y la paella, finita.
P: Dicen que guarda recetas familiares secretas.
R: El arroz al horno tiene un ingrediente secreto, sí, y la tortilla de patata lleva un par de cosas secretas, esto viene de mi abuelita Dorita. Mi madre también es una cocinera fenomenal. Y sigo las recetas familiares a rajatabla, soy muy purista, no transformo nada para que quede como la original y pase a mis hijos intacta.
P: Le gusta también la fotografía. ¿De quién tiene más fotos en su casa y en su despacho?
R: De mis hijos, siempre. Me gustan mucho las fotos, en blanco y negro, en sepia. No en portarretratos, me gusta enmarcarlas grandes. Soy aficionada a la fotografía, hago algunas fotos, pero sobre todo algunos fotógrafos que conozco. Intento hacer reportajes familiares, veo el atardecer y me inspira y hago una foto. O captar gestos, emociones, que la cámara capte lo que hay detrás de la imagen.
P: ¿Su último capricho?
R: Intento darme caprichos porque creo que cuando te liberas mentalmente de la culpa de darte algún capricho, lo disfrutas todo más. Mi último capricho ha sido un reloj. A nivel de comer, todos los fines de semana tengo algún capricho, algún dulce, algún plato especial. Tenemos que cuidarnos mucho a nosotros mismos y querernos, y en este sentido todo eso nos aporta mucha paz.
Los viajes son fundamentales y compartirlos con tu familia es lo más. Me voy a dar el capricho de irme con mi familia cuatro días ‘solo chicas’ a Londres, y voy a inmortalizar todos los momentos.