Las máquinas exprimidoras de zumo natural, tan habituales en cafeterías y bares, se han convertido en un símbolo de frescura y salud para muchos consumidores. Sin embargo, detrás de su aparente inocuidad puede esconderse un serio problema sanitario: la falta de higiene en su mantenimiento y limpieza.
Un caldo de cultivo para bacterias
Estas máquinas trabajan con frutas frescas, especialmente naranjas, que al ser manipuladas sin pelar pueden arrastrar restos de tierra, pesticidas o microorganismos presentes en la superficie. Si la limpieza diaria no es rigurosa, los residuos de pulpa, azúcar y humedad acumulados en sus conductos y piezas internas se convierten en el entorno perfecto para la proliferación de bacterias, hongos y moho.
Entre los microorganismos más comunes que pueden aparecer están:
La falta de una higiene adecuada puede provocar que el zumo extraído deje de ser un producto saludable para convertirse en una fuente de intoxicaciones alimentarias, especialmente peligrosas para personas vulnerables como niños, ancianos o personas con sistemas inmunológicos debilitados.
Obligaciones legales y consecuencias para los negocios
Los establecimientos de hostelería tienen la obligación legal de mantener sus equipos en condiciones higiénico-sanitarias óptimas, tal y como establece la legislación vigente en seguridad alimentaria. Si un control de Sanidad detecta restos de suciedad, moho o contaminantes en la máquina de zumo, el bar o cafetería puede enfrentarse a:
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Multas económicas
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Cierre temporal del local
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Retirada de la licencia sanitaria en casos graves o reincidentes
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Daños reputacionales difíciles de revertir
Además, los consumidores que sufran intoxicaciones alimentarias pueden denunciar al establecimiento, lo que puede derivar en demandas legales e indemnizaciones por daños a la salud.
La limpieza, clave para evitar riesgos
Para garantizar la seguridad alimentaria, es imprescindible desinfectar a fondo la máquina todos los días, incluyendo:
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Las partes desmontables (filtros, exprimidores, bandejas)
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Los conductos internos, que deben enjuagarse y limpiarse con productos específicos
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El exterior, que también puede acumular residuos y atraer insectos
Algunos modelos modernos incorporan funciones de autolimpieza, pero estas no sustituyen la limpieza manual completa que exige la normativa.
Conclusión
Lo que empieza como una oferta atractiva de zumo natural recién exprimido puede convertirse en una amenaza sanitaria si no se gestiona con responsabilidad. Para los bares y cafeterías, invertir tiempo y esfuerzo en mantener la máquina de zumos limpia no es opcional: es una obligación legal y ética que protege tanto la salud del cliente como la continuidad del negocio.
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