Aunque cada vez es menos tabú, es un hecho que muchas mujeres necesitan gametos o embriones donados para lograr gestar. Mujeres de edad avanzada (la calidad y la cantidad de óvulos empeoran a partir de los 35 años) o con fallos repetidos en fecundación in vitro, aquellas con fallo ovárico precoz o una cirugía ovárica a sus espaldas o incluso mujeres que no pueden usar sus propios ovocitos por una mala calidad de base, por enfermedades hereditarias o por haberse sometido a un tratamiento de quimio o radioterapia que haya afectado su fertilidad.
Así, la ovodonación ofrece la oportunidad de ser madres a muchas mujeres con los óvulos de una donante y los espermatozoides de su pareja (o de un donante si la pareja presenta algún problema de fertilidad, o en caso de que se trate de una pareja de mujeres o de una mujer que afronta la maternidad en solitario).
Ser madre con óvulos de otra mujer
“Cuando planteamos la posibilidad de intentar un embarazo por ovodonación, lo que nos encontramos en consulta como primera reacción es mucho miedo a lo desconocido. Pero cada vez acuden más mujeres y parejas porque conocen a mujeres o familias que lo comentan con naturalidad y eso ayuda mucho a desestigmatizar todo lo que rodea a ser madre gracias a la donación de ovocitos”, explica la Dra. Catalina Roig, coordinadora de Ovodonación de IVI Mallorca. “Muestra de ello es que más de un 30% de nuestras pacientes consiguen ser madres a través de esta opción”, añade.
Cómo se elige a la donante
Es muy común que, además de que tener un bebé sano sea la prioridad, las madres quieran que este futuro hijo o hija se parezca lo máximo posible a ellas, y para ello se emplea la última tecnología de reconocimiento facial. La tecnología Perfect Match 360º permite garantizar, no solo la compatibilidad médica entre donante y paciente, sino también que el parecido físico y biométrico sea el mayor posible.
Qué se tiene en cuenta
Por un lado, consiste en tener en cuenta las características fenotípicas (como la etnia, el color de ojos y de pelo, la altura y la complexión), además de otros factores como son la compatibilidad del Rh y el grupo sanguíneo. Y, por otro lado, se realiza el test de compatibilidad genética entre donante y pareja receptora con el software Biometric Scan de parecido facial 3D. Esta tecnología permite determinar el grado de parecido entre donante y paciente.
Con todo ello, y en base a los resultados obtenidos, se escoge finalmente a la donante más similar. También hay que tener en cuenta que, además de la carga genética de la donante, influye del mismo modo la epigenética, que se ha demostrado que se modula durante el tiempo que el bebé se desarrolla dentro del útero de la madre.
La curiosidad por saber cómo es la donante
Aunque la donación es anónima, algunas mujeres o parejas tienen curiosidad por detalles más allá de la seguridad clínica del proceso. “Siempre proporcionamos un dato muy importante como es el grupo sanguíneo y la edad. En el caso de que la paciente quiera conocer más detalles, también puede saber más sobre sus características físicas”, añade la Dra. Roig.
¿Qué pruebas se le hacen a la donante para garantizar la salud del bebé?
La prioridad durante todo el proceso es siempre la seguridad de las pacientes (sean donantes o receptoras), por lo que para asegurar que médicamente se cumplen los criterios más estrictos, solo se admiten los donantes que pasan todos los exámenes. Y es que, aunque la doctora insiste en que la donación es anónima, todo el proceso es trazable de principio a fin. Análisis, pruebas genéticas o la evaluación de la salud mental de la donante son solo algunas de ellas.
El primer paso es una entrevista médica para conocer antecedentes personales y familiares de enfermedades. “Por ejemplo, no pueden ser donantes personas que tengan alto riesgo de transmisión de alguna enfermedad a su descendencia”, aclara la doctora.
Entrevistas a las candidatas
Se realiza también una entrevista psicológica para evaluar y asesorar a las candidatas, una valoración ginecológica completa y pruebas genéticas, cariotipo y test de cribado de enfermedades monogénicas, que es una prueba que permite identificar la presencia de genes causantes de enfermedades que podrían transmitir a la descendencia.
Ya con la donante escogida por los expertos en reproducción asistida, se comienza a estimular a la paciente para recibir el embrión mientras este se fecunda en laboratorio, y ya entonces se realiza la transferencia del embrión que presenta las mejores características.
Finalmente, se realiza la prueba de embarazo 11 días después de la transferencia. Cabe recordar que esta técnica tiene un promedio de éxito por encima del 83% con tan solo un intento, llegando prácticamente al 100% en un segundo y tercer intento.
Sobre IVIRMA Global
IVI nació en 1990 como la primera institución médica en España especializada íntegramente en reproducción humana. Desde entonces ha ayudado a nacer a más de 250.000 niños, gracias a la aplicación de las últimas tecnologías. A principios de 2017, IVI se fusionó con RMA, convirtiéndose en el mayor grupo de reproducción asistida del mundo. Hasta la fecha cuenta con cerca de 80 clínicas y 7 centros de investigación, en 9 países y es líder en medicina reproductiva.