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El Valencia ya es tercero tras ganar al Espanyol con otro gol de Rodrigo (1-0), por @JordiSanchiss

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Otra vez por la mínima y manteniendo la portería a cero. Otra vez sufriendo. Otra vez con gol salvador de Rodrigo. Otra vez el gran Valencia de Marcelino, que suma 8 victorias en los últimos 9 partidos, con 25 puntos sumados de 27 posibles. ¡Espectacular!

El 20º triunfo de la temporada supone que los valencianistas se coloquen terceros y a tan solo tres puntos del segundo, el Atlético de Madrid, y que la clasificación para la Liga de Campeones esté más cerca que nunca. A los que van por detrás ya ni se les mira, porque la ventaja es de cinco partidos, ni más ni menos.

Consciente de la fortaleza de los locales, los españolistas, sin Quique en el banquillo por culpa de un virus, arrancaron con ambición, y en tan solo cinco minutos ya se habían aproximado tres veces con peligro a los dominios de Neto, la primera de ellas con un fuera de juego dudoso. Fue un contrincante descarado que llevó el dominio en muchos momentos.

Pero este Valencia no se asusta, y tardó bien poco en abrir el marcador, el tiempo que necesitó Guedes para volver loco a su marcador con un regate de lujo y colocar el balón a la cabeza de Rodrigo, que fiel a su cita con el gol marcó el 1-0 sin inmutarse, como si lo hiciera en cada partido, y es precisamente lo que hace, meter goles y más goles. Ya son 15 en Liga.

No obstante, el Espanyol siguió apostando por la presión muy arriba, lo que complicaba y mucho la salida desde atrás de los centrales y mediocentros valencianistas. Pero es lo que tienen las mantas cortas, que si estiras para taparte la cabeza, dejes los pies descubiertos. Y la blanquiazul es más que justita.

En una contra conducida y finalizada por Kondogbia pudo llegar el segundo, pero su chutazo se lo sacudió de encima como pudo Pau López. El Valencia imprimía una velocidad de vértigo a cada contragolpe, y los pericos plantaban cara. El partido estaba bonito.

Jurado tuvo en el empate en sus botas, pero dudó en el remate y perdonó a Neto. Como también lo hizo Gerard al cabecear desviado. Darder, con un potente disparo, puso a prueba al guardameta blanquinegro en los mejores minutos visitantes, pero no lo supieron aprovechar.

Y entonces, apareció él de nuevo para acabar con la monotonía del Valencia. Hablamos de Guedes, quien, tras un autopase estratosférico, a punto estuvo de anotar un gol de bandera. Los valencianistas se animaron y elevaron la intensidad. Montoya, Guedes y Zaza rozaron el tanto. Pero Pau López lo evitó.

Daba la sensación que ante un Espanyol atrevido y respondón, cuando los locales se lo propusieran podían finiquitar el partido, aunque al descanso se llegó con la ventaja mínima, tras una primera parte vistosa y con alternativas en el juego.

En la reanudación no tardó Zaza en pisar el área contraria con evidente peligro. El italiano estaba cuajando una actuación más que correcta, aportando al conjunto lo que se espera de él, desmarque, movilidad, elección de la opción más adecuada en los pases fáciles y una incansable pelea con la que se ha metido al público de Mestalla en el bolsillo.

Tras una falta muy protestada en la frontal del área valencianista, Neto hizo otra gran parada. Soler vio la amarilla cuando ni siquiera tocó al rival, pero Gil Manzano entendió que sí. Y fue Carlos Soler de nuevo protagonista al poner un centro medido a la testa de Rodrigo, que remató fuera por muy poco.

El partido estaba muy vivo, por momentos era de ida y vuelta. No era el Valencia rocoso de jornadas anteriores, parecía más vulnerable, pero los aficionados se divertían y agradecían con aplausos la entrega de sus jugadores. Guedes sembraba el pánico en la defensa perica con cada una de sus diagonales. Un puntito de tranquilidad del portugués en el momento del pase final habría servido para dejarlo todo resuelto.

Hubo carrusel de cambios hacia el final. El batallador Zaza fue sustituido en el minuto 78 por Santi Mina, que volvía a los terrenos de juego tras su lesión. Ovación para ambos. Como también la recibió Guedes al dejar su lugar a Andreas Pereira. El luso había ido de más a menos y estaba muy agotado. El Espanyol también había ido moviendo el banquillo, y acabó jugando con tres puntas, con Gerard Moreno, Baptistao y Sergio García sobre el campo. El todo por el todo para intentar arañar algún punto.

Con el Valencia sufriendo para amarrar los tres puntos, otra sustitución, más para frenar el ímpetu españolista que por dar al equipo el oxígeno que ya se había agotado: Ferran por Carlos Soler. Hubo un ligero amago desde la grada de pitar ante el agarrotamiento local, contestado de inmediato por un estruendoso aplauso general. Paulista y Kondogbia sostuvieron al equipo.

El liberador pitido final encendió la mecha de la fiesta en Mestalla. Este equipo es virtualmente de Champions y sigue mirando hacia arriba sin complejos. El «¡Valencia, Valencia!» vuelve a sonar fuerte, y lo que queda.

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(1) VALENCIA CF: Neto, Gayà, Gabriel Paulista, Garay, Montoya, Guedes (Andreas), Kondogbia, Parejo, Soler (Ferran), Zaza (Santi Mina) y Rodrigo.

(0) RCD ESPANYOL: Pau López, Marc Navarro, David López, Hermoso, Dídac, Jurado (Baptistao), Carlos Sánchez (Granero), Darder, Melendo (Sergio García), Piatti y Gerard.

ÁRBITRO: Gil Manzano (Comité extremeño). Mostró tarjetas amarillas a Carlos Soler, Garay y Kondogbia. del Valencia CF; y a Carlos Sánchez y Baptistao, del RCD Espanyol.

GOLES: 1-0, Rodrigo min. 6.

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