Ana Obregón ha escrito una carta abierta a Beatriz Zimmermann, la madre de las niñas de Tenerife, Anna y Olivia, después de que este jueves se hallase el cuerpo de esta última en el mar, a unos 1.000 metros de profundidad y a unas 3 millas de la costa.
Usó el ancla y la botella de buceo que encontraron para lastrarlas, y después, según la hipótesis de los investigadores, –y dada la pérdida súbita de la cobertura de su teléfono la última vez en que habló con Beatriz para decirle una vez más que no les volvería a ver–, se lastró a sí mismo, perdiéndose en el fondo del mar.
He seguido tu historia de esperanza y valentía desde el principio de esta tragedia.
Solamente pido que ese cabrón, si cabrón y asesino, este vivo. (A los mierdas hay que llamarles por su nombre)
Y si la justicia fuera justa cuando le cojan que no entre en la cárcel unos años como hacen con todos los asesinos de sus hijos,sino que deberíamos lapidarle entre todos y yo tiraría la primera piedra.
Y a ti , querida Beatriz,poco puedo decirte, porque no hay consuelo.
Cuando una madre pierde un hijo nos entierran en vida.
No voy a pedirte que seas fuerte, ni que pienses que está en el cielo, ni todas esas cosas que nos dicen con cariño pero que no nos ayudan en nada.
Solamente puedo mandarte todo mi amor y decirte que no estás sola.
Toda España está contigo y somos muchas las madres que han perdido a su hijo y que lloramos contigo.